Capítulo 140
Justo cuando el imperio Carvalho se tambaleaba bajo los pies de Fernanda, ella recurrió a su última carta: un matrimonio estratégico que asegurara su posición en el Grupo.
El destino, sin embargo, tenía otros planes. Apenas transcurridos unos años de su matrimonio, el padre de Luana pereció en un violento accidente automovilístico, desatando un torbellino de codicia.
La disputa por la herencia del difunto entre Fernanda y sus suegros se convirtió en el espectáculo predilecto de la élite brasileña, un enfrentamiento donde cada movimiento era seguido con avidez por aquellos que se deleitaban con la desgracia ajena.
Al final, Fernanda emergió derrotada del campo de batalla legal.
Los abuelos paternos de Luana, quienes desde su nacimiento habían mostrado desdén por ser una niña y no el varón que anhelaban, aprovecharon el escándalo para cortar definitivamente cualquier vínculo con su nieta.
Consumida por la rabia, Fernanda borró el legado paterno de Luana, imponiéndole su propio apellido como un acto final de rebeldía.
André, mientras tanto, crecía bajo el peso de las expectativas maternas, transformándolas en impulso para su ascenso. En apenas doce meses, consolidó su posición en el imperio familiar, silenciando a quienes dudaban de su capacidad.
Con el paso del tiempo, su nombre resonaba en cada rincón de Brasil. Joven, atractivo y con un éxito arrollador, se convirtió en el trofeo más codiciado del mercado matrimonial, atrayendo miradas ambiciosas de las familias más influyentes.
Fernanda, satisfecha con la trayectoria de su hijo, comenzó a evaluar candidatas de linaje impecable para asegurar la continuidad del imperio.
La sorpresa llegó cuando André eligió a Araceli, una joven desprovista de fortuna o conexiones sociales relevantes, desatando la furia incontenible de Fernanda.
Empleando cada recurso a su disposición, la matriarca consiguió finalmente separar a la pareja.
Tras la ruptura, André se refugió en una soledad autoimpuesta. Las numerosas candidatas que Fernanda desfilaba ante él no despertaban el menor interés, mientras él canalizaba toda su energía en expandir su imperio empresarial.
Fernanda no se inquietó excesivamente. El valor de André en el mercado matrimonial solo aumentaría con el tiempo, permitiéndole aspirar a uniones aún más ventajosas.
Lo que la matriarca jamás anticipó fue la irrupción de Sabrina en sus vidas, y menos aún, el anuncio de su embarazo.
Al descubrirlo, Fernanda desplegó toda su influencia para persuadir a Sabrina de interrumpir el embarazo, enviando emisarios con amenazas apenas veladas.
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Capitulo 140
En aquel entonces, Sabrina y André compartían apenas un vínculo superficial. Su encuentro había sido puramente circunstancial, sin bases para construir una relación.
Ante la evidente oposición de Fernanda, Sabrina no vio razón para insistir y accedió a someterse al procedimiento.
Sin embargo, el día señalado, André irrumpió en la clínica con determinación férrea, detuvo la intervención y juró solemnemente protegerla.
Cumpliendo su palabra, André se enfrentó durante meses a la implacable Fernanda, escudando a Sabrina de sus maquinaciones. Fue durante este período de protección cuando el corazón de Sabrina sucumbió ante él.
Contemplando ahora a aquel hombre de rasgos aristocráticos, una revelación atravesó la mente de Sabrina como un relámpago en la oscuridad.
-Cuando arriesgaste todo por protegerme y desafiaste a tu familia sin titubear, no era solo por la criatura que llevaba en mi vientre, ¿verdad? Era también por sanar aquella herida que nunca cerró en tu interior.
Los ojos de André, profundos como abismos insondables, confirmaron silenciosamente su
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