Capítulo 168
-No metas a Thiago en esto. Tu hijo no es un escudo para evadir responsabilidades. Si de verdad te importa, deberías predicar con el ejemplo y afrontar las consecuencias de tus actos.
La multitud observaba la escena con miradas críticas. Lejos de compadecerse por las lágrimas de Araceli, los murmullos de desaprobación crecían entre los presentes, quienes la observaban con un desprecio apenas disimulado. Cualquiera en aquella situación comprendía la frustración de ver un atuendo especialmente preparado para la competencia arruinado por alguien que ahora se negaba a asumir su responsabilidad con excusas pobres.
“¿Se preocupa tanto por su hijo y su competencia? ¿Acaso los hijos de los demás no importan? Un simple ‘no fue a propósito‘ no resuelve nada. ¿En qué mundo vive esta mujer? Como si todos fuéramos unos santos dispuestos a perdonar cualquier cosa.”
Araceli, percibiendo cómo la opinión pública se tornaba en su contra, tan distinto a ocasiones anteriores donde la victimización le había funcionado, comenzó a inquietarse visiblemente. Su rostro reflejaba confusión y pánico al notar que esta vez nadie acudía en su defensa.
“¿Por qué nadie me está apoyando? ¿Qué está pasando?”
Mientras tanto, Fernanda y Luana Carvalho localizaron la sala donde Thiago descansaba antes de su presentación. Al verlas entrar, el rostro del niño se iluminó con genuina alegría.
-Abuela, señorita, ¿qué hacen aquí?
Luana correspondió con una sonrisa cálida.
-¿No es hoy tu gran competencia? Vinimos a echarte porras. Tienes que arrasar con todos llevarte el primer lugar.
Thiago levantó el mentón con un gesto de orgullo infantil.
-La señora Vargas toca increíble el violín. Seguro nos llevamos el primer lugar.
El semblante de Fernanda se endureció instantáneamente.
-¿Otra vez esa mujer?
y
Fabián, que se encontraba cerca, soltó una risita mientras saludaba a Fernanda con una ligera inclinación antes de defender a Araceli.
-Señora Carvalho, aunque Araceli no venga de una familia reconocida, es egresada del Conservatorio Santa Victoria. Ha logrado ganarse cierto prestigio en nuestro círculo social. Si tuviera más tiempo libre, con su talento natural podría convertirse en la próxima Celeste.
En su época, Celeste había sido una figura prominente que trascendió las barreras del mundo musical. A pesar de que las redes sociales no existían como ahora, su nombre resonaba entre la generación anterior. Incluso Fernanda había escuchado hablar de ella en repetidas
ocasiones. La alta sociedad siempre buscaba destacar en actividades refinadas, y la música
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representaba una de esas aficiones que los jóvenes adinerados cultivaban para proyectar sofisticación. Aunque Fernanda nunca mostró particular interés, durante su juventud había tomado clases de violín como estrategia para atraer inversiones y consolidar la posición del Grupo Carvalho.
-Usted sabe cuántas familias influyentes asistirán a esta competencia -continuó Fabián-. André siempre está sumergido en sus negocios. Como hombre de empresa, no domina estas cuestiones artísticas. Y Sabrina…
Al pronunciar ese nombre, un gesto despectivo cruzó fugaz por su rostro.
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