Capítulo 175
Todos los presentes dirigieron sus miradas hacia Sabrina, mientras Fabián exhibía una expresión de absoluto desconcierto en su rostro.
-¿En serio te atreves a desafiar a Araceli? Ni los violinistas profesionales del medio se atreverían a hablarle así. ¡Vaya que tienes agallas!
El semblante de Sabrina permanecía impecablemente sereno, y su voz fluía con naturalidad desconcertante.
-En cuestión de violín, jamás he conocido la derrota.
Fabián quedó momentáneamente paralizado antes de estallar en una risa exagerada, agitando las manos teatralmente en el aire.
-¿Nunca has perdido tocando el violín? ¡Ja, ja, ja! ¿De dónde sacas el valor para presumir así frente a Araceli? ¿Te lo dio Ricardo Arjona o qué?
Los demás no pudieron contener las carcajadas al escuchar semejante declaración. No consideraban que Sabrina fuera arrogante; la diferencia entre ambas era tan abismal que convertía su afirmación en algo ridículo. En ese instante, Sabrina parecía la protagonista de un chiste absurdo. Hasta Fernanda, siempre seria y estirada, se permitió una leve sonrisa en la comisura de sus labios.
André y Thiago permanecieron serios. A pesar de su juventud, Thiago experimentó una vergüenza inexplicable al observar las reacciones ajenas, como si estuviera expuesto ante todos sin protección alguna. André simplemente frunció el ceño con visible molestia.
-Sabrina, no hables por despecho. Ve a prepararte, mandaré a alguien para que te traiga ropa
adecuada.
-No hace falta -respondió ella con indiferencia-. Ya lo dije, quiero la ropa que lleva Araceli.
-Ya basta, ¿no? -se burló Fabián-. ¿No ves que André está tratando de ayudarte?
Desde un costado, Araceli esbozó una sonrisa condescendiente.
-Está bien, no tomaré en serio lo que ha dicho la señorita Ibáñez, lo consideraré una simple
broma.
Sabrina ni siquiera le concedió la más mínima cortesía.
-¿Quién está bromeando contigo? ¿Acaso te conozco?
-¡Sabrina, no seas tan grosera! -exclamó Fabián, furioso.
-Si tienes tanta cara, mejor dónala -respondió Sabrina con frialdad-. No me la des a mí, que
me provoca asco.
-Sabrina -intervino André con tono severo-, conozco mejor que tú las habilidades de Araceli. Deja de discutir aquí.
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02.07
Capitulo 175
Quizás el alboroto había crecido demasiado, pues los jueces, que estaban a punto de revisar el sorteo, se acercaron al escuchar el bullicio.
-¿Qué está pasando? ¿Por qué tanto escándalo?
El profesor encargado del sorteo apenas iba a explicar cuando una exclamación surgió del grupo de jueces. Una mujer de mediana edad, con lentes y aproximadamente cuarenta años, se aproximó visiblemente emocionada hacia Araceli.
-Disculpe, ¿es usted la señorita Araceli?
-Sí, soy yo -respondió Araceli, ligeramente sorprendida-. ¿Usted es…?
-Soy Guido Andrade, de la Asociación de Música de Cartagena. Me invitaron como juez para la competencia de hoy. Vi sus videos de actuación en internet y, al verla aquí, pensé que me equivocaba. ¡No esperaba que realmente fuera usted!
-Un placer conocerlo -respondió Araceli con una sonrisa amable.
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