Capítulo 690
Capítulo 690
La música maravillosa y envolvente brotó del violín de Sabrina Ibáñez, llenando cada rincón del lugar como si el aire se impregnara de melodía.
Esta vez, Sabrina no interpretó “La Promesa“. En su lugar, eligió una de sus propias composiciones: “Luz de luna sobre el mar“.
Las notas delicadas, como pequeñas hadas danzando, flotaban por todo el recinto del concurso.
A diferencia de la melancolía de “La Promesa“, “Luz de luna sobre el mar” tenía una calma serena, una suavidad que acariciaba los sentidos.
En la mente de los presentes, comenzó a dibujarse una escena casi mágica: el mar en calma, reflejando la figura plateada de una luna nueva en lo alto.
El rumor de las olas parecía apaciguar la tensión y el estrés que flotaba en el ambiente.
La superficie del agua se mecía suavemente, y el reflejo de la luna temblaba junto con ella. Ante la belleza de la naturaleza, las preocupaciones y los problemas cotidianos parecían perder importancia.
La interpretación de Sabrina tenía un hechizo especial, un magnetismo que atrapó a todos los que la escuchaban.
Mientras tocaba, la propia Sabrina se transformó: su presencia en el escenario se volvió etérea, como si fuera la misma luna inalcanzable que iluminaba el mar en su canción. Una luz suave parecía emanar de ella, haciendo imposible apartar la mirada.
Para todos los presentes, en ese instante solo existía Sabrina.
Marcelo Blanco, quien solía practicar con Sabrina, conocía bien “Luz de luna sobre el mar“.
Últimamente, Sabrina había dedicado mucho tiempo a practicar, y ya había recuperado cerca del setenta u ochenta por ciento de su nivel anterior.
Pero, aun con esa recuperación parcial, seguía superando con creces a Marcelo en estos momentos.
Marcelo observaba la figura de Sabrina en el escenario. A pesar de su fama de prodigio, no pudo evitar soltar un suspiro.
-Sabrina sí que es una genia -comentó, casi con resignación.
Rena y sus dos amigas, que habían estado esperando a que Sabrina cometiera algún error, al principio no le prestaron mucha atención a la interpretación y siguieron conversando entre ellas.
Sin embargo, a medida que pasaban los minutos, la expresión en sus rostros fue cambiando de indiferencia a sorpresa.
Finalmente, hasta ellas terminaron sumergidas en la música, incapaces de resistirse.
Solo Elwood, con la mirada fija en Sabrina sobre el escenario, permaneció pensativo, perdido en sus propias reflexiones.
Cuando la pieza terminó, una quietud solemne se apoderó del lugar.
De pronto, alguien comenzó a aplaudir, y el aplauso retumbó como una tormenta en el recinto, envolviendo a todos los
asistentes.
Los rostros reflejaban un deseo de escuchar más, como si el concierto hubiera quedado incompleto.
-¿Ya se acabó? Me quedé con ganas de más -susurró alguien entre el público.
-¿Cómo se llama esa pieza? Jamás la había escuchado.
-Yo tampoco… ¿Alguno de ustedes la conoce?
Las voces empezaron a multiplicarse en un murmullo curioso.
Sin embargo, nadie alrededor parecía saber el nombre de la melodía.
-Qué raro que una canción tan bonita sea tan desconocida -comentó alguien, desconcertado.
-Oigan, ¿no decían que Sabrina era puro cuento, que no tenía nivel? Después de lo que tocó hoy, seguro se lleva el primer lugar.
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Capitulo 690
-Eso también lo vi en internet. Decian que tenía influencias, que los videos estaban editados, lo aseguraban con tanta convicción que hasta yo me to crei
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