Capítulo 93
Una de las recepcionistas suavizó de inmediato su expresión, abandonando su anterior postura hostil ante la amenaza.
-Señorita, le ruego me disculpe por mi comportamiento irrespetuoso. ¿Sería tan amable de no compartir ese video en redes sociales?
Su compañera, igualmente alarmada por las posibles consecuencias, se apresuró a ofrecer también sus disculpas con evidente inquietud en su rostro.
-Lo lamento profundamente, reconozco que nuestra actitud fue completamente inapropiada… Según el protocolo de la empresa, aunque no puede acceder a las oficinas, tiene todo el derecho de esperar en el vestíbulo.
Sabrina, quien no había acudido con la intención de crear conflictos, simplemente bajó su teléfono al ver que ambas se habían retractado de su conducta. No añadió nada más, considerando el asunto zanjado.
Las horas transcurrían con exasperante lentitud mientras el firmamento exterior se teñía gradualmente de oscuridad. El estómago de Sabrina protestaba por la falta de alimento, pues no había probado bocado en todo el día por temor a que André apareciera justo durante su ausencia. Permanecía alerta, escrutando cada rostro que atravesaba el vestíbulo.
El silencio de la espera se vio interrumpido por el eco distintivo de pasos decididos que se aproximaban por el corredor principal. Sabrina alzó la mirada con renovada esperanza, solo para encontrarse con una silueta que reconoció al instante, pero que no era la que anhelaba
ver.
Fabián, al detectar la presencia de Sabrina sentada solitaria en el sofá del vestíbulo, se dirigió a las recepcionistas con falsa curiosidad.
-¿Qué hace esta mujer aquí?
Ambas recepcionistas, que evidentemente conocían bien a Fabián, respondieron con profesionalidad forzada, aunque aún albergaban cierto resentimiento hacia Sabrina que
intentaban disimular.
-Señor Guerrero, esta señorita solicita ver al presidente Carvalho sin cita previa. Conforme a los protocolos de seguridad, no podemos autorizar su acceso.
La segunda añadió en tono apenas audible, pero lo suficientemente alto para que Sabrina pudiera escucharla:
-Asegura ser la señora Carvalho, pero ni siquiera logró comunicarse con el presidente…
Fabián esbozó una sonrisa cargada de malicia mientras se aproximaba con pasos medidos hacia Sabrina.
-¡Vaya sorpresa! ¿Quién diría que me encontraría aquí a la mismísima señorita Ibáñez? Oh, perdón, me equivoqué.
1/3
17:48
Capitulo 93
Modificó intencionadamente su tono a uno más mordaz y burlón:
-¿No proclamabas ser la señora Carvalho? Resulta curioso que una dama de tan distinguida posición se vea reducida a esperar en el vestíbulo como cualquier solicitante.
Sabrina observó el rostro desdeñoso de Fabián sin pronunciar palabra alguna, sosteniendo su mirada con dignidad silenciosa.
El mutismo de Sabrina solo parecía alimentar la arrogancia de Fabián, quien se crecía ante su aparente victoria.
-Sabrina, te adverti claramente que actuaras con sensatez y abandonaras tu obsesión por André. Sin embargo, persistes en ignorar mis consejos, sometiéndote a esta humillación pública. Qué lamentable espectáculo…
Se dio unas palmadas teatrales en el rostro antes de añadir con sorna:
-¿Te duele el orgullo tanto como me duele a mi verte así?
Sabrina le dirigió una mirada gélida, cargada de una calma que contrastaba con la agitación interior que sentía.
-Lo que ocurrió con Daniela fue obra tuya, ¿no es cierto?
Fabián había aparecido con sospechosa frecuencia ante ellas, con intenciones transparentes de provocación. Conociendo el temperamento directo de Daniela, ya afectado por las circunstancias del matrimonio, era predecible que no toleraría las provocaciones deliberadas de Fabián.
La satisfacción de Fabián era tan evidente que su ego parecía inflarse visiblemente. Respondió con descaro:
-¿Y qué si así fuera? No solo tu amiga está en apuros ahora, incluso si fueras tú la afectada… André jamás me responsabilizaría.
Algo pareció alimentar aún más su arrogancia, pues su expresión se tornó aún más altiva.
-Recuerda cuando te arrojé agua aquella vez, André tampoco tomó distancia de mí por ese incidente. ¿Comprendes lo que eso significa realmente?
Los ojos de Sabrina se estrecharon imperceptiblemente, pero su mirada se intensificó, transmitiendo una frialdad calculada.
Fabián emitió un suspiro falsamente preocupado mientras se giraba hacia las recepcionistas:
-Cielos, he venido hoy sin previo aviso, sin concertar cita. ¿Sería un inconveniente si subo a ver a André así?
Las recepcionistas respondieron con sonrisas solícitas:
Comments
The readers' comments on the novel: La Guerra de una Madre Traicionada