ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 41. Al mejor estilo Orlenko
Durante todo el vuelo de regreso a Inglaterra, Nahia no había podido dejar de pensar en las palabras de Katerina. Era difícil aceptar que todo había terminado así. Si era honesta Nahia debía reconocer que esperaba que durara para toda la vida… pero eso parecía completamente imposible.
Apenas llegó a Londres fue directamente a ver a Adam y le entregó los documentos firmados. El abogado le aseguró que en pocos días todo estaría resulto, desde el divorcio hasta la adopción de Julie. Nahia no sabía cómo se sentía con eso, solo que estaba feliz… por una de las dos cosas.
Pasó a la casa de Meli a buscar a la bebé, y su madre la recibió con una sonrisa de curiosidad.
-¿Todo bien? ¿Conseguiste las firmas? -preguntó Meli y Nahia asintió mientras cargaba a su hija y la besaba.
-Sí. Ya están los documentos en el despacho del abogado. Con suerte en un par de días todo quedará resuelto -murmuró ella.
El silencio se extendió en aquella casita y Nahia respiró profundo mirando a su madre.
-OK, pregunta. ¿Qué quieres saber?
Meli se encogió de hombros haciéndose la desentendida.
-No es que quiera saber es que estás… muy tranquila.
-¿Esperabas otra cosa?
-Esperaba gritos, fuego cayendo del cielo y la ira de dios -murmuró su madre-. Pero no esa tranquilidad. ¿Quiere decir que Aaron… no te dio problemas? 1
Nahia negó con expresión vacía.
-No, ninguno. No hubo gritos, insultos ni drama. Yo le pedí que firmara el documento y él lo hizo.
Meli la vio acomodar las cosas de Julie en el cochecito.
-¿Pero…?–la animó-. Se supone que deberías estar aliviada. ¿Por qué no lo estás?
-No lo sé, mamá -murmuró ella sin mirarla-. Aaron parecía… diferente esta vez, hasta me dio las gracias por salvarle la vida.
-Entonces está arrepentido ¿no? ¿Te pidió perdón al menos? -quiso saber Meli y se enfurruñó cuando vio a su hija negar-. ¡Qué tarado! 1
-Dice Katerina que no va a pedirme perdón porque ya sabe que no se lo merece… y que yo no voy a perdonarlo porque no me falta amor propio. -Nahia suspiró y se restregó la cara con las manos- Quizás ella tenga razón, mamá. Quizás la dignidad debería ser más fuerte que el amor. 1
Meli respiró profundo y se sentó a su lado, abrazándola.
-Hija…. eso es basura -replicó.
-¡Mamá!
-¿¡Qué!? ¡Es cierto! -siseó Meli-. ¡La teoría es muy buena, pero el amor no es algo que puedas poner antes o después! ¡Si fuera cierto tu hermana se habría quedado miserable por el resto de su vida y no estaría ahora felizmente casada y con tres hijas! 2
-¡Pero es que…!
-¡Si eso fuera verdad, tú ni siquiera habrías nacido! -le recordó Meli.
-Mamá, tampoco te pases, mi padre tampoco fue tan malo…
-¿¡Que no lo fue!? -replicó su madre abriéndole mucho los ojos-. Tu padre me enamoró y se acostaba conmigo mientras tenía una esposa en coma en el hospital de la que yo jamás supe. ¿Entiendes eso? Si mi dignidad hubiera sido más fuerte que mi amor por él, lo habría mandado directamente a freír espárragos cuando volví a encontrarlo, y tú ni existirías. ¿Y te parece que me falta amor propio o dignidad? 2
Nahia apretó los labios y negó. Sabía que no era así, no había querido decir eso.
-Lo siento, ando sensible, eso es todo -murmuró abrazando a Meli.
-Ya lo sé, pero quiero que entiendas que siempre será más fácil ser la persona lastimada, porque es quien tiene todo el poder sobre la situación -le advirtió-. Si Aaron no cree que se merezca tu perdón, eso ya quiere decir que hay dos personas que no pueden perdonarlo… y una de ellas es él mismo. Nahia asintió con tristeza. No lo había visto de aquella forma, pero entenderlo tampoco cambiaba nada, y ella necesitaba enfocarse en algo mucho más urgente que toda aquella difícil situación con Aaron. Se fue a casa y trató de organizar su agenda para la siguiente semana porque tenía dos vistas en el juzgado para la adopción de Julie. Trató de enfocarse en eso, y agradeció que la nena apenas la dejara dormir, porque lo que menos quería era soñar con él. H
El divorcio salió un par de días después y Nahia se dio cuenta de que no tenía ninguna forma de mandarle una copia del acta por vía electrónica, así que la metió en un sobre y la envió a la dirección de los Orlenko en Odessa. 1
La primera vista para la adopción de Julie fue muy bien, solo faltaban algunos trámites burocráticos, pero la jueza le prometió que declararía la adopción de la nena en unos pocos días. Nahia estaba más que feliz con eso, pero su felicidad se esfumó en cuanto tocaron a la puerta de su casa esa tarde y ella se encontró frente a frente con él.
-¿Caleb? -murmuró y su excuñado levantó aquel sobre que ella había enviado con la sentencia de divorcio.
-Hola Nahia -dijo él con una sonrisa suave-. ¿Podemos hablar un momento?
Ella arrugó el ceño, pero jamás había sido una persona maleducada, así que lo invitó a pasar.
No habían pasado ni dos minutos y Caleb ya estaba derretido con la pequeña bebé que manoteaba en su cochecito. Y una hora más tarde Nahia llamaba a una ambulancia para que se lo llevaran de su casa.
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