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Destinada a los gemelos alfas novel Chapter 22

22

Clara soltó un chillido y se dio la vuelta tan rápido que cayó de nalgas al suelo y retrocedió en un intento de alejarse de esa loba. No era solo su imagen idéntica a ella, los ojos rojos completamente salvajes u que tanto le aterraban, y, además, su cuerpo estaba cubierto de enormes heridas sangrantes, muchas de ellas abiertas, incluso la más notable atravesaba su rostro de un lado a otro. La ropa desgarrada, dejándolas ver, llena de moretones y un par de grilletes, amarraban sus muñecas y tobillos.

Ella se preguntó como estaba en ese estado. -¿Quién eres? ¿Qué quieres? – Clara temblaba otra vez. La loba la miró desde arriba hasta con desprecio en sus orbes. Chasqueó la lengua y tomó un profundo respiro.

-Solo te limitas a temblar como un ratón asustado. Acaso no tienes la intención de hacer nada por ti – ella le habló con una voz grave que apenas salía dada la marca permanente en su cuello de una cadena que había sido enroscada de forma violenta. El cuerpo de la loba daba lástima solo de verlo y Clara se estremeció de solo pensar que alguna vez eso estuviera en ella.

Clara negó fuertemente con la cabeza.

-Si me defiendo, si me revelo, me golpearán, me encerrarán, mis mates me dejarán.

– Inútil, cobarde- le espetó la loba alzando la voz. De que tienes miedo si siempre la que recibe todo el dolor soy yo, la que siempre está ahi, aguantando cada golpe, cada tortura, cada momento doloroso soy yo, mientras tú solo te acurrucas en una esquina.

Clara la miraba con los ojos desbordados.

-Siempre estoy ahí, cubriendo tu espalda, sintiendo el dolor que nunca has experimentado. Siempre soy yo la que tiene que estar ahí en los momentos más difíciles, asumiendo las consecuencias porque no te levantas y luchas por tus derechos.

-Yo no puedo – Clara comenzó a sollozar- No soy fuerte, yo…

-Eso es lo que has creído durante tantos años. Es más fácil esconderte y dejar que el mundo solo siga su camino. Esperando a nuestro mate que en este caso son dos para que te salve- la loba parecía eufórica, molesta y luego soltó un respiro – Pero, ya que no tienes la intención de ponerte de pie y te es más fácil morir para terminar ese sufrimiento, yo no lo voy a permitir. Clara sacudió la cabeza.

– No, no por favor.

Solo lloras limosnas- la loba se acercó a ella y se arrodilló delante de ella. Aun con todas esas heridas y su estado deprimente parecía incluso más fuerte y poderosa, al mismo nivel que el alfa y Clara se sintió tan pequeña y miserable-Terminar tu vida para dejar todo atrás, para supuestamente dejar de sufrir en vez de levantarte y luchar por el reconocimiento. Para demostrarle a nuestros mates que no pueden hacer lo que desean con nosotras. Acaso no purdes hacer eso.

Clara se mordió los labios mientras las lágrimas banaban su rostro. Estaba aterrada, confundida y no sabia que responder.

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