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Destinada a los gemelos alfas novel Chapter 45

45

Dixon terminaba la inspección hecha por toda la zona. Estaba agotado y extenuado de todo el trabajo que le estaba cayendo sobre los hombros. Normalmente tenía una idea de cómo debía ser un alfa, pero de ahí hasta quitarse horas de sueño debido al trabajo era otro asunto. Y si a eso se le sumaba una mate un poco complicada y a un hermano que le gustaba apremiar más el asunto, sentía que dentro de poco le sacarían canas en su cabello oscuro a pesar de lo joven que

era.

-Alfa, no hemos detectado más ningún rastro-un lobo vino corriendo y se detuvo delante de él para después bajar la cabeza. Dixon, aun después de volver de su forma de lobo podía mantener sus sentidos sumamente desarrollados, por lo que alzó la cabeza y aspiró. Se concentró y efectivamente, solo podía sentir a los lobos de su manada, más ninguna amenaza. Aun así, se aseguró por sus propios medios. Era el alfa y no confiaba en nadie, ni siquiera en su sombra. Una vez complacida dejó que su cuerpo se cubriera de su denso pelaje negro. – Nos vamos de regreso- ordenó dándose la vuelta cuando su interior palpitó. Su corazón comenzó a latir con fuerza y algo no se sentía bien. Miedo, pánico, pero no era de él. Demonios, venía a través de su enlace, venía de su mate. ¿Qué demonios estaba ocurriendo con su pareja ahora? Gruñó sonoramente, alarmando a los otros lobos que retrocedieron con las orejas contra su cabeza y la cola entre las patas, para ver a su alfa salir corriendo dejándolos atrás. Se preguntaron si había ocurrido algo en la manada por lo que lo siguieron sin preguntar.

***

Clara miró de un lado a otro, dentro de aquella habitación casi a oscuras y lúgubre y un sollozo se ahogó en su garganta ¿Por qué estaba ahí de nuevo? No es ese lugar. Prefería estar en cualquier sitio menos ese. Aquel cuarto junto a otros lugares de esa casa solo le traían malos, muy malos recuerdos. Y ella quería salir huyendo de ahí en ese momento. -No te acabas de ir de una vez- la voz en su espalda la hizo palidecer aún más si era posible y se estremeció. Bajó la cabeza y apretó la prenda en sus manos. Alester en la puerta notó su inusual cambio y entrecerró los ojos. -Clara- le gruñó sonoramente y esta casi cayó de rodillas en el suelo. Esta vez el gemido de miedo llegó a los oídos de su padre para después sentir un dolor en su cabeza.

-Ahhh – gritó al ser tirada de su cabello hasta que su rostro estuvo delante del de su padre. La expresión de este no era nada agradable, más bien destilaba odio e indignación.

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