Capítulo 370
¿Raquelita llegó tan pronto?
Camila respondió, -Entra.
La puerta del vestuario se abrió, y alguien entró.
No era Raquel, sino Héctor.
Héctor había llegado.
Héctor entró al vestuario y vio a Camila cambiándose. Camila llevaba una falda corta de uniforme y se había puesto ropa interior nueva, pero sus delicadas manos blancas estaban atadas detrás de ella, abrochándose el broche del sujetador.
Héctor se sorprendió, había golpeado antes de entrar y no esperaba ver esa escena.
La piel de la chica era blanca como la nieve, deslumbrantemente blanca, con un marco pequeño
y delicado, y su largo cabello negro caía sobre sus delgados brazos.
La espalda de la chica era hermosa, con piel delgada y una cintura fina, las curvas perfectas eran impactantes.
Héctor se sorprendió y rápidamente apartó la vista, se giró para salir.
En ese momento, la voz suave y melosa de la chica sonó de repente, -No puedo abrocharme el sujetador, ¿me puedes ayudar?
La chica retrocedió unos pasos hacia él, -Aquí, no puedo abrocharlo.
Héctor no se movió.
La chica se impacientó un poco, -Ayúdame, me duele mucho la mano, ah, y también me duele
el cuerpo.
Héctor bajó la vista hacia ella y vio muchas marcas rojas de rasguños y arañazos en su piel blanca, llena de heridas.
Héctor, sin saber por qué, sintió compasión y levantó la mano para ayudarla a abrocharse el sujetador.
Pero Héctor nunca había ayudado a abrochar un sujetador a una mujer antes, los tres pequeños broches en la parte trasera eran difíciles de abrochar, y para evitar que sus dedos tocaran su delicada piel, sus movimientos fueron aún más lentos.
Camila estaba un poco confundida, -Raquelita, los broches traseros son difíciles de abrochar, ¿verdad? Creo que este sujetador se ha encogido, pero antes me quedaba bien, ¿será que… mis
Capitulo 370
pechos han crecido de nuevo?
2/2
Camila miró hacia abajo a su pecho, -Eso sería genial, a los hombres definitivamente les gustan los pechos grandes, no quiero una copa E como la de Elena, ¡quiero pechos de copa D!
Héctor estaba sin palabras.
Aceleró el movimiento y finalmente abrochó el sujetador.
Se giró para salir.
Pero Camila ya se había girado, Raquelita, ¿por qué no hablas… jah!
–
Camila vio a Héctor y soltó un grito de susto, -¿Cómo… cómo eres tú?
Camila rápidamente agarró su camisa de uniforme y se la puso, cubriendo su desnudez.
Comments
The readers' comments on the novel: El CEO se Entera de Mis Mentiras