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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 372

Capítulo 372

Pero no consiguió tocarlo, ya que Héctor sujetó sus frágiles muñecas y las empujó contra la pared, acercándose imponentemente. -Solo te observé, no te toqué afirmó.

Así, le impidió tocarlo.

Camila parpadeó, sorprendida por la proximidad. Su semblante frío y distante ahora estaba justo frente al suyo. Camila balbuceó: —¿Quéqué haces tan cerca de ?

Héctor se tensó, ahora consciente de que sus cuerpos estaban completamente unidos, con sus muñecas sujetas y su tórax prominente presionado contra ella, generando una atmósfera indudablemente ambigua.

De inmediato, Héctor soltó sus muñecas y retrocedió dos pasos, estableciendo una distancia

prudente.

Camila sintió calor en las fosas nasales, se tocó con la mano y descubrió que sus dedos estaban manchados de sangre.

-Ah, estoy sangrando -exclamó asustada.

Héctor la observó un momento; efectivamente, tenía una hemorragia nasal.

Le ofreció dos pañuelos de papel y le indicó: -Levanta la cabeza, pronto pasará.

Camila aceptó los pañuelos y levantó la cabeza, -¿Por qué estoy sangrando de la nariz?

Héctor no respondió, abrió la puerta y salió.

El frío viento exterior azotó su rostro inmediatamente. Era gélido, pero también dispersó el

dulce aroma juvenil de él.

En ese instante, Camila detuvo la hemorragia nasal y lo siguió. -Héctor, espera, ¿por qué

tienes tantas cicatrices?

Héctor no se detuvo, continuó caminando con paso firme.

Pero Camila lo seguía, conversando a su lado: —¿Son todas esas heridas de peleas? No deberías pelear más, mejor dedícate a estudiar, estudiar es realmente el mejor camino.

Héctor no mostró ninguna emoción, como si no hubiera escuchado nada de lo que Camila

decía.

En ese momento, un grupo de personas apareció delante, encabezado por Miraena con un grupo de chicas.

Miraena estaba furiosa: -Camila, detente, mis aliadas están aquí, ¿te atreves a enfrentarte a

Capitulo 372

nosotros?

Sin embargo, Camila estaba a punto de avanzar:

-No tengo miedo

No había terminado de hablar cuando Héctor la resguardó detrás de él.

La imponente figura de Héctor bloqueó a Camila, enfrentándose fríamente a Miraena.

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Miraena se detuvo, en realidad, ella realmente estaba enamorada de Héctor. Había rechazado a muchos jóvenes acaudalados porque se había enamorado genuinamente de él.

Miraena dijo: -Héctor, yo

Héctor frunció ligeramente los labios y pronunció una palabra gélida: -¡Vete!

Le indicó a Miraena que se marchara.

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