Capítulo 408
El gerente del restaurante, con gran entusiasmo, guió el camino: -Jefe Alberto, el reservado ya está preparado, por aquí, por favor.
Alberto siguió al gerente hacia el reservado, y en ese momento, entre la multitud, captó de inmediato la figura etérea y sublime de Raquel.
Raquel estaba comiendo en el restaurante con Laura y Camila. Las tres parecían estar
discutiendo algo muy animadamente, brindando con gran alegría, lo que indicaba que estaban de muy buen humor.
En ese momento, algunos jefes detrás de Alberto también siguieron su mirada hacia Raquel y las demás: -Alberto, ¿conoce a esas tres bellas damas? Parecen estudiantes.
Alberto, observando a las mujeres, despertó la curiosidad de los demás jefes.
Alberto no mostró ninguna emoción ni confirmó si las conocía o no: -Entremos.
El gerente del restaurante sonrió y dijo: -Ya hay bellas damas esperando en el reservado, el jefe Alberto y los demás jefes pueden disfrutar de la comida mientras admiran a las damas
bailar.
En los restaurantes de alta categoría, ya se preparaban espectáculos de baile por parte de bellas damas, proporcionando a estos verdaderos hombres de dinero una experiencia de lujo durante
la comida.
Raquel aún no sabía que Alberto estaba ahí; se levantó diciendo: – Laura, Camila, voy al baño.
Laura y Camila también se levantaron de inmediato: -Vamos contigo.
-No hace falta, el baño está justo ahí.
-Eso no puede ser, ahora eres una mujer embarazada, y nosotros somos las madrinas del bebé, tenemos que asegurarnos de proteger a este pequeño.
Raquel no podía rechazar, y las tres se dirigieron juntas al baño.
En ese momento, al pasar por la puerta de un lujoso reservado, Laura se detuvo: -Raquelita, mira quién está ahí, jel papá del bebé ha venido!
¿El papá del bebé?
Raquel no comprendió de inmediato qué significaba eso, se giró ligeramente y vio a Alberto.
Resultaba que con “el papá del bebé” se refería a Alberto.
Raquel se sintió bastante perpleja, ya que este apodo no tenía mucho que ver con Alberto.
Capitulo 408
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Raquel miró hacia Alberto, quien ahora estaba sentado en la cabecera de la mesa, comiendo con varios jefes, mientras en frente, detrás de un enorme ventanal, tres bellas mujeres estaban bailando.
Las tres bellas damas estaban vestidas con vestidos rojos de estilo clásico, sus adornos hacían un sonido tintineante al chocar, y una giraba haciendo volar el dobladillo del vestido, eran hermosas como ángeles.
Laura comentó:
–
El papá del bebé realmente sabe cómo disfrutar.
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