Capítulo 436
El hombre con cicatriz dio la dirección a Alberto y colgó el teléfono.
María dijo de inmediato. -Jefe Alberto, debes salvar a Anita, Anita tiene un corazón débil, no puede soportar estímulos fuertes.
Luis miró a Alberto. -Jefe Alberto, ahora Raquelita también está en manos de esas personas, debes traer a Raquelita de vuelta.
Alberto no dijo nada, simplemente se marchó rápidamente.
雪
En el almacén, el hombre con cicatriz miró a Raquel y Ana, “Tsk, tsk“, dijo dos veces. -Puedes cuestionar el carácter de los ricos, pero no puedes cuestionar su buen gusto, la exesposa y la novia del jefe Alberto son cada una más hermosa que la otra, lo que hace que uno las envidie.
Los subordinados vestidos de negro a su lado se rieron. -Jefe, todavía hay tiempo, ¿por qué
no te diviertes un rato con estas dos bellezas?
El hombre con cicatriz frotó sus manos y se acercó a Raquel, agarrando su delicada mandíbula. -¿Por qu o empezamos con la exesposa del jefe Alberto? Quiero probar cómo son las mujeres que el jefe Alberto ha usado.
Diciendo esto, el hombre con cicatriz intentó rasgar la ropa de Raquel.
Raquel lo miró sin miedo, su voz sonaba clara. -Inténtalo.
El hombre con cicatriz se detuvo.
Miró a Raquel, que ahora tenía la marca de una bofetada roja e hinchada en su cara. Aunque estaba en una situación lamentable, sus ojos eran claros y abiertos, serena. -Si tienen suerte, podrían marcharse con ciento cincuenta millones de dólares, pero si me tocan, están
condenados a no poder irse.
El hombre con cicatriz retiró su mano.
Ana miró a Raquel. -Raquel, realmente sabes, como hablar grandemente, ¿crees que Alberto vino a salvarte? No, Alberto vino a salvarme a mí. ¡Si no fuera porque me capturaron, a Alberto no le importaría en absoluto si vives o mueres!
Incluso en estos momentos, Ana todavía decía tales cosas, Raquel la miró fríamente, pensando cuán estúpida era.
Pronto se escuchó un ruido desde afuera. -Jefe, el jefe Alberto ha llegado.
Alberto llegó, y llegó muy rápido.
Con un “bang“, la puerta del almacén fue derribada de una patada, el frío viento del exterior
Capitude 436
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soplaba hacia dentro, acompañado por una figura distinguida y noble, Alberto había llegado.
Alberto llevaba un abrigo negro, envuelto en el viento frío, con un aura fría y poderosa.
Alberto avanzó con pasos largos.
El hombre con cicatriz se acercó. -Jefe Alberto, llegaste tán rápido, como esperaba, no me has decepcionado.
Alberto miró al hombre con cicatriz. -Primero quiero ver a las personas.
-Por supuesto, tu exesposa y tu novia están allí,
Alberto se adentró más, y vio a Raquel y Ana atadas de pies y manos.
Ana, al ver a Alberto, se emocionó mucho. -Alberto, finalmente llegaste, estaba tan asustada, sabía que vendrías a rescatarme, Alberto, llévame de aquí rápido, no quiero estar aquí.
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