Capítulo 497
El semblante de María también era muy sombrio, pero tomó con firmeza la mano de Ana. – Anita, no temas, puedes estar tranquila, esos secuestradores y el médico no nos delatarán.
Alberto llegó corriendo a la habitación VIP de Raquel, deseaba entrar para verla, pero en la puerta fue detenido por Camila.
Camila se plantó como estatua frente a él. ¡No puedes entrar!
A
Alberto se enojó. -Camila, apártate, quiero ver a Raquel.
Camila respondió de mala gana. -¿De qué sirve ver a Raquelita ahora? No estuviste cuando más te necesitaba, así que ahora tampoco es necesario que estés aquí, estoy segura de
Raquelita tampoco querría verte.
Alberto apretó furioso los labios.
que
Alberto, la verdad no entiendo qué tiene Ana que te fascina tanto, ¿por qué siempre estás de su lado? Esta vez has herido a Raquelita profundamente.
Con la voz ronca, Alberto le respondió, -Camila, no entiendes.
-Es cierto, no entiendo, pero si no me lo explicas, ¿cómo voy a entender? Alberto, solo te pregunto una cosa, ¿en verdad te gusta tanto Ana?– Camila buscaba una respuesta sincera de Alberto, no creía que él no tuviera sentimientos por Raquel.
Las manos de Alberto, lentamente se cerraron en puños. -Lo que hay entre Ana y yo no es tan simple como parece, Ana es mi responsabilidad.
-¿Responsabilidad? ¿Responsabilidad de qué?
Alberto no quería hablar. -Camila, déjame entrar.
-No, hoy no vas a entrar hasta que aclares las cosas, si no, nunca más volverás a ver a Raquelita.
Alberto dijo, -Camila mira, Ana una vez me salvo.
¿Qué?!
Camila estaba atónita, su primera reacción fue de incredulidad. Ana, una mujer egoísta y ventajosa, la que se había ido tan pronto como Alberto se convirtió en un vegetal, ¿ella salvar a alguien?
Camila hizo mala cara. -¿Ana te salvó? ¿Cuándo? ¿Dónde?
Alberto guardó silencio por unos segundos, luego dijo, –hace muchos años, tuve un accidente
Capitulo 497
grave, me perdí en un bosque. Fue entonces cuando apareció Ana de rpente, me salvó y me llevó a una cueva. En ese preciso momento le prometí que la llevaría conmigo siempre, que nunca la abandonaría, así que Camila, Ana es mi responsabilidad, no puedo dejarla de lado, en cuanto a lo mío con Raquel…
La mirada de Alberto cayó con tristeza sobre la puerta cerrada del hospital, él y Raquel, nunca podrían estar juntos, esto era imposible.
No mientras Ana estuviera ahí.
Sin embargo, aunque Raquel estaba herida, aún se sentía ansioso por ella, preocupado por ella.
Aunque sabía que el niño que ella llevaba no era suyo, aún así se preocupaba por ella como futura madre.
Para Camila, esta era la primera vez que escuchaba sobre esto, y para ser honesta, ¡no lo creía!
Ella definitivamente no creía que Ana pudiera salvar a alguien.
Definitivamente había algo sospechoso en todo esto.
Dicen que el amor es ciego, pero siendo un observador externo, Camila sentía que algo no cuadraba en esta historia.
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