Capítulo 560
Víctor se sentía aún más pícaro: -Yo sé que Raquel tiene la misma edad que Anita, ¿y qué?
-¿Y no te parece… desvergonzado estar arrastrando a Raquel de esa manera?
Víctor, quien fue llamado sinvergüenza por primera vez en su vida, guardó silencio.
Pax habló en voz baja: -jefe Alberto, te pido que seas prudente con tus palabras, el señor Víctor tiene en cuenta que eres más joven, pero también debes respetar a tus mayores.
María, por su parte, estaba estupefacta; en su vida había visto que las dos personas más ricas del mundo y un recién llegado en los negocios estuvieran agarrando a una mujer, y ambos estaban a punto de pelearse por Raquel.
María entendió lo que Alberto quería decir, Alberto había malinterpretado que Víctor tenía una relación ambigua con Raquel.
Que Raquel y Ana tengan edades similares no es problema alguno, una persona con el estatus de Víctor, no sabrías cuántas jóvenes y bellas mujeres se le lanzan.
Pero él es el padre de Raquel.
María pensó que el mundo se había vuelto loco.
Raquel, siendo sujetada, se sintió aún más mareada, estos dos hombres no habían considerado sus sentimientos, comenzó a forcejear: -¡Suéltenme!
Alberto miró a Víctor: -Don Víctor, ¿escuchaste? Raquelita te pide que la sueltes.
Víctor respondió: –Creo que Raquel te está pidiendo a ti que la sueltes.
Alberto, enfurecido, dijo: -¡Tú!
Raquel repitió: -¡Quiero que ambos me suelten!
Alberto, a regañadientes, miró a Víctor: -Don Víctor, Raquelita nos pide a los dos que la soltemos, así que voy a contar hasta tres y los dos la soltaremos juntos.
Víctor no objetó, estuvo de acuerdo.
Alberto empezó la cuenta: -Uno, dos, tres…
Alberto y Víctor soltaron a Raquel al mismo tiempo.
Raquel cayó al suelo.
Alberto, rápido de reflejos, dio un paso adelante y la atrapó: -Raquelita, ¿qué te pasa?
Capitulo 560
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Raquel respondió: -Estoy mareada.
Alberto entonces levantó a Raquel en brazos: -Te llevaré a descansar un rato.
Alberto se llevó a Raquel.
Víctor, desde atrás, consideró: -Raquel no puede dejar este lugar.
Pax de inmediato dijo: -Jefe Alberto, lleve a la señorita Raquel a esta habitación a descansar.
Alberto llevó a Raquel a la habitación y la acostó en una cama grande y suave: -Raquelita, te traeré un vaso de agua.
Le sirvió a Raquel un vaso de agua tibia.
Raquel descansó un momento y luego agradeció: -Gracias, estoy bien, solo fue un mareo por
el embarazo.
Alberto la miró: -Raquelita, ¿qué relación tienes con don Víctor?
Ella levantó la vista hacia Alberto: -¿A qué te refieres?
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