El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 577

Capitulo 577

Rodrigo le entregó a Camila el medicamento para bajar la fiebre:Sofía, toma la medicina.

Camila yacia débil en la cama: Papá, no quiero omarme esas pastillas.

Rodrigo la miro: ¿Por qué no?¿lléctor te rechazó?

Camila miró a Rodrigo con enojo; él había mencionado eso a propósito, y eso la hería.

Rodrigo sonrió: — Sofía, ¿qué te dije? No lograrás conquistar a Héctor, olvídalo.

Camila guardó silencio.

Rodrigo continuo: -Existen muchos chicos excepcionales en este mundo. Conozco a varios jóvenes talentosos que podrían interesarte. ¿No se dice que la mejor manera de sacar un clavo

es con otro clavo

Camila abrazó la cobija, aún sin hablar.

Rodrigo dejó el medicamento: -Sofía, toma la medicina; yo me voy.

Rodrigo se fue.

Ella se sentó, tomó el medicamento para la fiebre y lo ingirió; luego, se acostó en la cama con

la intención de dormir.

Debería escuchar a Rodrigo y olvidarse de Héctor.

Después de todo, él nunca había sido sincero con ella.

Había dicho tantas palabras crueles y ya tenía a otra chica.

Pero cada vez que Camila cerraba los ojos, veía la apuesta cara de Héctor, que no podía desaparecer de su mente.

Ella realmente quería olvidarlo, pero no podía.

Camila sacó su celular y buscó en WhatsApp.

Ella envió un mensaje: -Héctor, tengo mucha fiebre.

En ese momento, Héctor estaba con su gran jefe, el papá de Melis, Varrón, quien tenía amplias conexiones en el mundo del crimen. A pesar de estar bastante corpulento, sus ojos brillaban

con astucia.

Héctor entregó a Varrón el balance de la semana; él estaba muy satisfecho y, le habló con una sonrisa: -Héctor, no me equivoqué contigo; has logrado en una semana lo que nosotros en medio año. Tienes ambición y espíritu de progreso.

Melis abrazaba el brazo de Varrón: -Papá, Héctor ha estado trabajando muy duro

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nitimamente, dale un día libre como recompensa

Varrón miró con cario a su hija: -Melisita, quieres que Héctor pase un día contigo, ¿verdad?

Papa:Mells miró umidamente hacia Héctor

Héctor no mostraba ninguna expresión.

Varrón se acercó: Héctor, debes ser consciente de los sentimientos de Melisita hacia ti, y yo también te valoro mucho. No tengo hijos, así que, si te casas con ella, seremos una familia. Mi patrimonio será tuyo.

Héctor miró a Melis de reojo y dijo con indiferencia: Jefe Varrón, me temo que no soy digno

de ella.

Melis pisoteó el suelo: -Héctor, ¿me estás rechazando? ¡Papá, no me importa, me gusta

Héctor!

Varrón extendió la mano y palmoteó el hombro de Héctor: -Héctor, a Melisita le gustas tanto, estoy seguro de que tú también llegarás a quererla. Una vez seas mi yerno, serás mi sucesor. Te digo la verdad, hay una persona muy importante sobre mí, y te presentaré a esa gran figura.

¿Quién es esa gran figura?

Héctor ya lo había adivinado: era el gran narcotraficante El Padrino Fantasma

Héctor había venido aquí precisamente para usar a Varrón como trampolín para conocer a El

Padrino Fantasma.