Capítulo veintiuno
Pov Jexi
Estoy desanimada, sin ganas de vivir la vida, cansada, aburrida...
Todo por culpa de él.
Nada más el pensar en su nombre me entran unas enormes ganas de golpear su bonito rostro, pero recuerdo el beso de ese día y mi corazón se estruja por dentro diciéndome que no puedo hacer lo que tengo pensado hacer.
Todos estos días lo he evitado a toda costa, no solo por el castigo de mi papá, sino porque ya le dije a Fally que no ocultara más su olor, que esto lo resolvería con él al verlo otra vez, pero no puedo e intento practicar lo que le diré para rechazarlo y las palabras se atoran en mi garganta al recordar lo azul de sus ojos.
Quero ha intentado ayudarme simulando que ella es él, pero cuando su cara entra en mi mente no puedo parar de pensarlo y termino jalandome los pocos pelos que tengo.
Trauma severo, manita.*
La puerta es tocada y por ella aparece Derly con mi merienda de medio día —Buenos días —llega hasta la cama y deja la comida a un lado junto a la mochila, me jala de los brazos y me rodea con los suyos —anímate un poco más, tú no eres así —soplo un mechón de pelo que cae sobre mi rostro y doy un largo suspiro —Si quieres... Puedo ir a buscar tus cosas y dártelas a escondidas —susurra y niego levantándome.
Muy boca suelta y chismosa, pero sé que en el fondo es buena persona al igual que mi padre, solo que él está enojado porque es celoso con lo que quiere y pensándolo bien, si me pongo en sus zapatos... Mejor no toco el tema.
—No lo hagas —digo — papá después te reclamará, porque pensará que no respetas sus decisiones—agarro la mochila y meto mi merienda —me voy, regreso más tarde —me despido y bajo, le doy una mirada rápida al señor Dornam quien lee su periódico matutino y antes de salir escucho su voz.
—Que te vaya bien, Jex —baja las páginas a la mesa y le da un sorbo a su café humeante.
Sonrío y asiento. Que me llame Jex significa que el enojo se le está pasando. Cierro la puerta detrás de mí e inhalo el aire fresco de la mañana, acomodo mis lentes redondos y aferro mis libros gigantes al pecho para empezar a caminar con dirección al Internet.
Hoy me llevará Neftali a la escuela, ya que supuestamente se siente “culpable” de que yo esté en esta situación y como hasta Quero insistió en que aceptará la oferta no me pude negar.
Aunque aún le tengo miedo a las motos, pero si es por no caminar en las mañanas.
Niego internamente y mis ojos se desvían automáticamente a la casa de mi vecina la loca cuando escucho su voz ronca hacer eco por mis oídos, su olor a vainilla se mezcla con otro totalmente distinto y aprieto mi mandíbula ignorando su conversación, bajo mi cabeza y obligó a mis pies caminar rápido para pasar como alma que lleva el diablo por ese lugar.
Si es que yo soy la tonta que no puede olvidarlo, él está tan tranquilamente haciendo su vida y yo aquí traumada por un idiota que solo piensa en fiestas, follar y dinero.
¿Quieres que oculte...*
¡No! Ya estoy cansada de eso, si lo tengo que rechazar justo ahora, lo haré.
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