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La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 49

Capítulo 49

Esmeralda dejó escapar una risa suave, casi musical, mientras una chispa desconocida danzaba en sus ojos, una expresión que Valentín no lograba descifrar. Él, sin notarlo, frunció el ceño, conteniendo un suspiro que pugnaba por salir. Hoy, algo en ella lo desconcertaba. No era la Esmeralda de siempre, envuelta en esos tonos sobrios de blanco, negro y gris que solía elegir. Bajo el abrigo largo color crema que caía con elegancia sobre sus hombros, un vestido champán se desplegaba como un susurro de lujo, capturando la luz en destellos sutiles. El oro brillaba en sus pendientes y en el delicado collar que adornaba su cuello, transformándola en una figura casi etérea, distinta, inalcanzable.

Valentín sintió un nudo extraño apretarse en su pecho, una mezcla de asombro y desasosiego. Pero sus palabras lo arrancaron de golpe de esa ensoñación.

-¿Qué disparate es ese? ¿Tantos días fuera de casa y ya se te subió a la cabeza?

Esmeralda lo observó de soslayo, con una mueca burlona curvando sus labios. El pasillo se sumió en un silencio denso, cargado de miradas que se evitaban y se buscaban a la vez. Permanecieron así, inmóviles, como si el tiempo se hubiera detenido entre ellos.

Finalmente, Valentín cedió al peso de la quietud. Se llevó una mano a la sien, exasperado.

-Sé que estás celosa por lo de Jazmín, y lo entiendo. Llevas días fuera, ¿no se te ha pasado ya? Dime qué quieres, ¿que la despida?

Esmeralda lo contempló con calma, sus ojos evaluándolo como si midiera el valor de una promesa gastada.

Pero él no esperó respuesta y continuó de inmediato:

-Sabes que eso no puedo hacerlo. Jazmín no es solo mi secretaria, es una pieza clave en la empresa. Tiene varios proyectos importantes en sus manos.

En otras palabras, lo del despido no era más que un anzuelo vacío.

-Mira, te prometo que mantendré las distancias con ella. No volveré a incomodarte, ¿qué te

parece?

El corazón de Esmeralda permaneció inmóvil, frío como una piedra bajo el río. Así que él lo sabía todo: cada paso que dio hacia Jazmín, cada herida que eso le dejó. Lo sabía y, aun así, nunca le importó.

-Y sobre nuestro hijo añadió Valentín, suavizando el tono mientras se acercaba con pasos lentos-, se ha estado divirtiendo demasiado sin ti. Deberías volver y ocuparte de él.

Extendió la mano, buscando su brazo con un gesto que pretendía ser conciliador. Pero Esmeralda se apartó con agilidad, dejando su intento suspendido en el aire. Valentín frunció el ceño, claramente molesto.

-¿Vas a seguir con esta actitud?

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Capitulo 49

Esmeralda soltó una carcajada breve, cargada de incredulidad.

-¿De verdad piensas que con unas palabras bonitas voy a correr de vuelta a casa? ¿Que sigo siendo la misma ingenua de hace siete años?

-¡Esmeralda!

Valentín apretó los dientes, conteniendo la furia que bullía en su interior. Si no fuera porque ella podría ser su puente hacia la familia Santana, jamás se habría humillado así, buscándola como un perro tras un hueso. Esta mujer, después de unos días fuera, se había transformado en alguien irreconocible, indomable.

Esmeralda cruzó los brazos, cambiando el peso de una pierna a otra con aire despreocupado.

-Si quieres que vuelva, no es imposible.

Valentín la miró, un destello de curiosidad asomando en sus ojos.

-Recuerdo que tienes dos propiedades en Bloque Nuevo.

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