Sorprendiendo al Bully novel Chapter 125

Libro 21 Vida Fab de Jay: Capítulo 30

Jay

Después de un largo día y un colapso de Laura que nos dio un susto de muerte a Mitzi y a mí, supe que Mitzi estaba preocupada cuando empezó a cantar Vogue, de Madonna, a Laura para animarla. Mitzi odiaba interpretar esa canción, pero si lograba sacar una sonrisa en el rostro

de Laura, lo haría sin dudarlo.

Estaba de vuelta en mi condominio. Evan había llegado hace un rato y acabamos desnudos,

acurrucados en mi cama.

-Creo que hoy cometí un error–comentó Evan mientras estábamos abrazados.

-¿Qué hiciste? -le pregunté, apoyando mi espalda en su pecho mientras él me sostenía.

-Cuando llamaste, estaba con mi papá y Austin -respondió.

-Ok, eso no es gran cosa le dije.

-Te llamé cariño -murmuró.

-Lo sé, me gustó -le susurré.

-Mi papá me escuchó -añadió.

-Oh, ¿dijo algo? -pregunté.

-No creo que sepa que eras tú, pero me preguntó si estaba en una relación -explicó.

Giré mi cuerpo para mirarlo.

-¿Qué le dijiste? -quise saber.

-Le dije que más o menos, que era algo nuevo–contestó.

Le sonreí.

-Ya casi llegamos. Me alegra escuchar que admitiste que estás en una relación.

-No quiero esconderte, Jay–dijo Evan mientras ponía su mano en mi rostro.

-¿Sabes lo feliz que me hace eso? Ojalá pronto puedas decirle la verdad a tu padre -le dije,

inclinándome para besarlo.

De repente, hubo un golpe en la puerta de mi habitación y Mitzi asomó la cabeza.

-Tenía los ojos cerrados, perdón por interrumpir la escena romántica, pero, Jay, tenemos una

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situación afuera que necesita tu atención -informó Mitzi.

-Ah, Mitz, ¿pueden esperar tus pelucas? -gemí.

-Chico, si fuera una emergencia de pelucas, ¡no habría tocado! No, necesitas mover tu traserito de aquí ahora mismo, ponerte una bata y salir a lidiar con este lío–exclamó.

Miré a Evan y suspiré.

-Volveré.

+ Point

Evan

Jay se arrastró fuera de la cama y se puso el kimono que le compré en Epcot.

Le silbé.

-Ese batín se te ve tan sexy, cariño.

Jay sonrió.

-Lo sé, ¿verdad? Este semental sexy me lo compró como regalo.

-Ahh, este semental sexy tiene buen gusto -dije con picardía.

-Oh, claro que sí, me eligió a mí -Jay se rio.

Jay abrió la puerta y salió. Me quedé en su cama, sonriendo. Jay decidió mejorar mi apodo de florecita a semental después de que tuvimos sexo por primera vez. Tengo que admitir que me

gusta mucho más ese apodo.

-¿Qué diablos haces aquí, Tristan? -oí a Jay de repente.

¿Qué demonios hace aquí ese idiota? Me levanté de la cama de Jay y busqué mis pantalones cortos cargo. Los encontré y me los puse, junto con la camiseta que llevaba.

Salí de la habitación de Jay y me dirigí a la sala. Mientras caminaba, podía oírlos hablar.

-¡Jay, sabes que soy el único para ti! Dejé a mi esposa por ti insistió Tristan.

-No te quiero, Tristan -replicó Jay.

-Sabes que ese que se hace pasar por gay no puede hacerte feliz -espetó Tristan.

-Estoy seguro de que lo he hecho más feliz de lo que tú lo hiciste jamás -dije al entrar en la

sala de estar.

-Bueno, si no es el nuevo capricho de Jay -soltó Tristan con desdén.

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+# Point

Libro 21 Vida Fab de Jay: Capitul…

Puse los ojos en blanco ante este tipo.

-Puede que sea su sabor del mes, pero al menos no le rompí el corazón -rebatí.

-Todavía no, pero, de nuevo, a Jay le gustan los hombres que están en el armario. ¿No es así,

cariño? -Tristan se volvió para decirle a Jay.

-Lárgate de mi casa -gritó Jay.

-¡No! Necesitamos hablar. Despide a tu juguete para que podamos hablar. Luego me iré

exigió Tristan.

-La última vez que revisé, este no es tu condominio, no puedes hacer estas exigencias -le

respondí.

-Oh, ¿así que Jay te ha mantenido en la oscuridad? La verdad es que yo soy copropietario de este maldito condominio. Están su nombre y el mío en la escritura aquí. ¿No es así, cariño? —

afirmó Tristan con aire triunfal.

-Estás mintiendo. Si tu nombre estuviera en la escritura, lo habrías echado después de

dejarlo -rebati con firmeza.

-¡Ja! Entonces, ¿quieres decírselo tú o debería hablar sobre este pequeño condominio, querido Jay? -Tristan lo miró con una sonrisa melosa.

-Cállate, Tristan -gruñó Jay con los dientes apretados y los puños cerrados.

-Todavía te gusta guardar secretos, por eso éramos tan perfectos. Guardaste tan bien mi secreto que mi esposa nunca supo que la engañaba contigo -añadió Tristan con crueldad.

-Tristan, para–gruñó Jay.

-Jay, ¿qué está pasando? -le pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.

-Evan, es complicado -murmuró Jay con los ojos llenándose de lágrimas.

-No hay nada complicado en esto. Verás, juguetito, cuando Jay y yo estábamos enamorados,

necesitábamos un lugar privado para nuestros encuentros. Así que compramos este

condominio a partes iguales para crear nuestro nido de amor -explicó Tristan con una

sonrisa en el rostro.

Miré a Jay. Estaba a punto de perder la batalla con sus lágrimas.