Capítulo 22
Adam
Después de que desechamos el alcohol viejo, Kevin se me acercó.
-¿Fui demasiado duro con Keira? -me preguntó.
Suspiré.
-No fue uno de tus mejores momentos con ella, no. Creo que deberíamos haber esperado
antes de preguntarle le respondí. Kevin suspiró.
-Ella está herida -dijo.
-Sí, eso fue bastante evidente. Ve adentro y dile que lo sientes–le sugerí. Asintió y entró a la
casa principal para buscar a Keira.
Tal vez debería disculparme también. La acusé junto con los demás, así que lo seguí a la
casa. Subí las escaleras y vi a Kevin afuera de la habitación de Keira, escuchando a las
chicas.
Lo miré y él se volvió, dirigiéndose hacia la sala de cine. Lo seguí. Se detuvo y me dijo:
-Necesito un momento, vuelvo en un rato.
-Está bien, ¿qué pasa? -le pregunté.
-Odio que ella esté herida, odio haberla lastimado, pero, para ser honesto, tal vez soy egoísta, pero desearía que no fuera tan necesitada -confesó Kevin.
Me acerqué.
-Sí, eres egoísta, pero también sé que la has cuidado toda tu vida -dije.
-¿Recuerdas cuando ella iba a todas partes con nosotros cuando éramos pequeños? – preguntó Kevin.
-Sí, la mayoría de las veces se quejaba porque queríamos jugar deportes y ella no -le
respondí.
-En algún momento nos llamaba los tres mosqueteros, ¿lo sabías? -me dijo Kevin.
-No lo sabía. ¿Por qué nos habría llamado así? -le pregunté.
Kevin sonrió y dijo:
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Capítulo 22
-Porque ella pensaba que éramos mejores amigos los tres.
-Extrañas a la hermana menor molesta, ¿verdad? -le pregunté.
-Sí, pero tomé una decisión. Tenemos que cumplir nuestro papel en el acto en el que
participamos, ¿verdad? Esa pequeña hermana molesta lidia con las cosas retirándose, yo
tengo que resistir y estar al frente. Por eso soy popular y ella no es nadie, como ella dice. ¿Fue
la elección que hicimos la correcta? -Kevin preguntó.
Lo miré, dejándolo hablar. Necesitaba desahogarse.
-¿Sabes lo difícil que es no tener un papá o un modelo masculino en tu vida para admirar?
Para ser honesto, amo a mi mamá, pero trabaja tanto que ni siquiera la tengo mucho tiempo.
Estoy agradecido con tu papá por ayudarme a aprender a afeitarme -dijo Kevin.
-Dios, ese fue un día… Pensé que ibas a necesitar una transfusión de sangre. -Me reí al
recordarlo. Kevin se rio también. Sé que te preocupas por tu hermana. No te culpes. Tienes
mucho en tu plato: eres su hermano, eres hijo, y también eres protector tanto de tu hermana
como de tu mamá. Sin mencionar que eres el cocapitán del equipo de fútbol que te necesita y
solo tienes diecisiete años -le dije.
-¿Cuándo empezaste a sonar como el doctor Phil? -Kevin se rio.
-Se llama ser el niño menor y ser el favorito de mamá porque eres el único que queda en
casa. -Me reí y luego añadí-. Tómate un segundo y nos vemos en la fiesta, ¿ok?
-¿Por qué viniste? -preguntó Kevin mientras me dirigía a la puerta.
-Me sentí mal, solo quería ver si Keira estaba bien y disculparme por acusarla -dije y salí de
la habitación.
Caminé de regreso hacia las escaleras, pero miré hacia la puerta de Keira. Respiré profundamente y me acerqué a la puerta. Escuché por un momento y no oí a las chicas
hablar. Llamé a la puerta y oí a Keira decir:
-Pasa.
-Oye, ¿dónde está Jamie? -le pregunté a Keira, notando que Jamie no estaba en la
habitación.
-Oh, fue al baño. Volverá pronto si la necesitas -respondió Keira sollozando y girando la
cabeza hacia la ventana para evitar que la viera.
Noté lo hinchada y roja que estaba su cara por llorar.
-Quizás quiero decir, me disculpo por acusarte del alcohol.
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