Capítulo 44
Keira
Después del desayuno, Laura y yo fuimos al spa del hotel junto al salón de Jay. Estaba sentada en una silla reclinada con un extraño líquido verde untado en mi rostro, con rodajas de pepino en mis ojos, mis pies estaban en el agua y una mujer me estaba limando las uñas.
-¿Qué hacen exactamente los pepinos para tus ojos? Sé que la gente los usa, pero ¿qué
beneficios tienen realmente? -le pregunté a la mujer que me estaba jalando los dedos con la
lima.
-Ayudan a reducir la hinchazón y disminuir las ojeras debido a los altos niveles de vitamina K
que contienen -me dijo la señora.
-¿Estás bien allá, Keira? -me llamó Laura.
-Sí, solo se siente extraño tener esta cosa en mi cara -le respondí.
-Ayuda a limpiar los poros y reducir las toxinas en tu piel. Además, hacemos una exfoliación
para darle un brillo agradable -explicó la mujer que me estaba limando las uñas, mientras
sentía como si estuviera masajeando mi mano.
No estaba mal, pero definitivamente no estaba acostumbrada a que me estiraran y jalaran tanto las manos y la cara. Bueno, creo que alguien acababa de agarrar mi pierna fuera del
agua y sentía algo áspero en mi pie.
-¿Qué es eso en mi pie? -pregunté, ya que estos pepinos me estaban impidiendo ver algo.
-Es un exfoliante, elimina la piel dura de tus pies y ayuda a que se sientan suaves como un bebé -me dijo alguien.
¡De repente hubo luz! Alguien quitó los pepinos de mis ojos y estaba limpiando la sustancia de mi cara.
Luego sentí que ponía una especie de gel transparente en mi cara. Entonces esta mujer dijo:
-Voy a pasar esta varita por tu cara, sentirás una sensación de succión, pero no te preocupes. Lo que estoy haciendo es sacar todas las impurezas de tu piel ahora.
-Nunca supe que tuviéramos impurezas en la piel -le contesté a esta señora.
-¡Oh, sí! ¡Te sorprenderías de lo que hay en los poros de tu cara! Desde aceites hasta suciedad, créeme, cuando termine tu cara se sentirá tan suave -dijo la loca de la varita.
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Hasta ahora no estaba segura de todo esto. Me sentía más como un experimento científico con todos esos geles, barros y lociones que me estaban poniendo en la cara.
-¡Voila! Tus uñas están listas en tus manos. Realmente me encanta el color rosa que elegiste, se ve muy bien con el tono de tu piel.
No podía moverme para ver mis uñas, ya que la mujer loca con una varita parecía estar planchándome la cara en ese momento. ¡Vaya! Creo que ahora me estaban dando un masaje de pies; eso se sentía bien.
-Creo que el rosa es un gran tono para ti, Keira; el rosa definitivamente es un color distintivo
para ella -dijo Laura.
-¿El rosa es tu color favorito? -preguntó una de estas mujeres a mi alrededor.
-Me gusta el rosa, también el turquesa -les dije.
-El único tono de rosa que no me gusta es el rosa fuerte. Para mí, eso es demasiado brillante
y no se ve bien en nada -dijo una de las mujeres.
-No es malo con el n***o, pero definitivamente tiene esa vibra de los años 80 -dijo Laura.
-Ok, ahora voy a poner este suero en ti y usar este cuarzo rosa para masajearlo en tu rostro, cariño. La loca de la varita me dijo.
-Tienes una tez tan bonita -me dijo la que creo que estaba arreglando mis uñas.
-Gracias. ¿Es así como se pasa un día de chicas? Arreglándose y todo eso -pregunté a
todas.
Pude escuchar risas de diferentes personas y la que estaba trabajando en mis uñas dijo:
-En su mayor parte. Los hombres no tienen idea de por lo que pasamos. Desde ponernos toda esta “glop” como tú le llamas, hasta ser torturadas para tener piernas sin vello. Por eso
dicen que es el precio de la belleza.
-Ugh, no menciones la depilación, eso fue una experiencia. Creo que soy un experimento científico con todo este pinchar y pellizcar que ustedes están haciendo -les dije.
Sí, Laura me hizo hacerme una depilación en las piernas también. No fue tan doloroso como pensé que sería, pero tampoco fue divertido.
-Ok, he terminado con tu cara, déjame mostrarte el brillo hermoso que tienes. -La loca de la varita me dijo mientras me sentaba para entregarme un espejo.
Me miré en el espejo y tuve que admitir que mi cara se veía realmente bien. Se veía tan suave
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y tersa como ella había dicho que sería. Además, tenía este brillo. Ok, ahora entendía por qué Laura dijo que esto podía ser adictivo; los resultados que veía eran increíbles. Creo que
volvería a sentarme con la “glop” en mi cara.
-¡Wow! ¡Mi cara se ve tan bien! ¡Brilla tanto! -dije.
-Eso es el suero que usamos. Ayuda con las irregularidades en la sequedad de la piel -dijo
la loca de la varita.
Miré a Laura, quien estaba pintándose las uñas de los pies. Ella me sonrió.
-¡Te ves realmente genial! ¿Estás contenta con ello? -dijo.
-Sí, realmente lo estoy, gracias. Fue una gran idea -le dije.
Finalmente terminamos y estábamos saliendo del spa del hotel.
-Tendremos que hacer esto nuevamente algún día. Realmente disfruté tener un día de spa
contigo -expresó Laura.
admitir
-Admito que no sabía qué esperar y, al tenerme pinchando y pellizcando con todas esas
cosas allí, pensé que tal vez habías perdido la cabeza, pero al ver lo bien que me veo y
que me siento bien también. Haría esto de nuevo contigo, Laura -le respondí.
Ella me regaló una sonrisa y un abrazo rápido.
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