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Will caminaba en dirección a la oficina donde estaba trabajando el alfa aun cuando el clima era tan húmedo, secándose de paso el sudor de su frente y con aun los recuerdos de hacía unos momentos cruzando por su mente. Aun le costaba procesar ver a Clara tan cambiada, el brillo de aquellos orbes, la forma en que hablaba, como se movía, como olía. Si, ella era la mate de su alfa y del otro hijo de su exlíder, pero en ese momento le pareció la loba más atrayente que había visto hasta el momento en toda la manada. Y aunque aquellos ojos rojos era sinónimo de salvajismo, y hasta destrucción él se había sentido atraído. Se quedó parado en seco recordando las palabras de ella, incluso la piel descubierta que había podido apreciar. Los dos lobos no la apreciaban. Ella una loba tan hermosa. Se mordió la lengua y estuvo tentado a golpearse al darse cuenta de los pensamientos tan impuros que le estaban cruzando debido a una loba que ya tenía pareja, y no solo una, sino dos.
Suspiró y se apretó el entrecejo. Lo mejor es que no se relacionara con ella más de lo indicado. Lo podia atraer quizás porque no podía comprenderla, alguien como él que siempre tenía todo controlado a su forma. Por ahora, solo podía hablar a su favor para que el alfa la liberara. Lo otro que ella hiciera no sería su problema, tenía que pensar en la manada y su bienestar. Si ella terminaba siendo un peligro para la seguridad de los miembros… en ese caso ya si interferiría… su conciencia, no sus sentimientos.
Con esos pensamientos se encaminó a la oficina del alfa. Tocó la puerta una vez estuvo alliy esperó hasta recibir respuesta del otro lado. Al entrar encontró a Dixon sentado detrás del escritorio con cientos de papeles encima de la mesa. Aunque él como beta se había encargado de muchas cosas de la manada ante la ausencia debido a la enfermedad del anterior alfa, había mucho trabajo pendiente. -¿Qué ocurre con Clara?- Dixon preguntó al sentir el olor de la loba sobre su beta. Su voz salió algo grave y con un leve gruñido. -Alfa, vengo a pedir para quitarle el grillete a su mate. Su piel está lastimada bajo el metal. Sería mejor retirarlo para que pudiera sanar. Dixon dejó de hacer lo que tenía pendiente y alzó la cabeza.
-¿Qué garantías tengo que ella no saldrá corriendo otra vez en dirección a la cascada para matarse. Ya ha mostrado su rechazo hacia mi aun cuando soy su mate- el lobo no parecía nada complacido con la situación que estaba teniendo que llevar a cabo. El beta se quedó pensativo por unos segundos debatiéndose consigo mismo, pero al final su mente racional ganó cerrando el dilema de su corazón. Algo que le costó más de lo que imaginó. -Alfa, si es un poco más amable con ella quizás su mate deje de tenerle miedo. Su encuentro la asustó mucho y está aterrada de que le haga dano.
Dixon se sobó la barbilla.
-No sé cómo ser cariñoso ni amable. No fui entrenado para ello- respondió sinceramente como si eso fuera lo más norinal del mundo.
Alfa, solo tiene que ser menos agresivo con ella y ceder un poco. Ella es una hembra y su male. De seguro si lo hace ella misma cooperará – Will dejó salir aquellas palabras siendo un discurso que había repetido a más de un lobo que había tenido problemas con sus mates en el
pasado. Por alguna razón siempre funcionaba, como ahora. Después de unos pocos segundos, donde el alfa no habló, finalmente se levantó de su asiento y camino hacia la puerta.
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