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Destinada a los gemelos alfas novel Chapter 71

71

Los dos lobos se pusieron en alerta. El cuerpo de la loba estaba temblando además de miedo. Era bien sabido que si había algo más peligroso que los salvajes eran los mismos cazadores. No había una historia donde el lobo que fuera atrapado por ellos hubiera sobrevivido ni que ocurría con ellos. Había algunas teorías de que eran llevados lejos para la venta de especies y sus pieles, pero nunca habían estado tan cerca de ellos como para saberlo.

El lobo a pesar de la tensión gruñó y se puso delante de la hembra. El cazador por su parte solo tenía una sonrisa en el rostro y cargaba algo pesado y largo en sus brazos que lo hizo tronar en entre sus dedos y levantarlo en dirección a ellos. El macho no lo pensó dos veces. Cuando el peligro se aventuraba contra ellos debían responder, por lo que no lo pensó dos veces antes de lanzarse contra el cazador. Grave error. Tras un sonido ensordecedor el cuerpo del lobo cayó en el suelo, jadeando y con sangre brotando ahora de su cuerpo y boca. El cazador se puso al lado de él apuntando su cabeza con el arma. El lobo no se podía mover. – Ya tenemos suficientes machos. Son muy problemáticos para mantenerlo, incluso para venderlos, solo sirven para dar cachorros- dijo y con una sonrisa apretó el gatillo. Tras eso un gemido se escuchó por parte de la hembra. La loba tiraba de su pata sin importarle desgarrarla. Estaba aterrada de ver como a su compañero lo habían dejado inerte en el suelo. El cazador al notar el estado de la pata de la loba chasqueó la lengua, molesto.

– Que desperdicio, pero no nos sirves así de defectuosa- alzó el arma y nuevamente apretó el gatillo.

La bala dio directo en la cabeza de la loba y esta cayó al suelo completamente muerta. El cazador bajó el arma y dio un suspiro.

-Cada día es más complicado un ejemplar decente. Estos lobos ya ni siquiera sirven. En eso escuchó un leve gemido y miró al animal en el suelo alejado un poco de él. Alzó una ceja y se acercó. -Oh, otra hembra- preparó el arma por si acaso, pero se dio cuenta que ella no respondía a él. Estaba inconsciente y por su tamaño pequeño era joven.

Se preguntó si le podría servir y se inclinó revisando su nuca, encontrando marcas de mordidas, pero ninguna definitiva. Esta vez su sonrisa fue genuina.

-Vaya, una loba joven que no está enlazada y además su temperatura es alta. Debe estar a punto de caer en celo- su rostro cambió en una expresión de

felicidad – De seguro el macho que tenemos en la jaula de confinamiento podrá hacer un buen trabajo contigo y que nos des unos buenos cachorros. Y diciendo eso cargó a la loba sobre su hombro con facilidad y comenzó a alejarse. Atravesando más adelante el rio y perdiendo su rastro en dirección a su destino.

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