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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 172

Capítulo 172

Antes jugaban a las carreras, ahora la competencia es por el poder adquisitivo.

Parece que Alberto, el multimillonario de Solarena, no sabe lo que es perder en este tipo de

competencias.

Ana, con su rostro encantador, lo miró y le pidió que le comprara.

Alberto la miró, luego dirigió su mirada hacia Raquel.

Los ojos cristalinos de Raquel también lo observaban.

Ana, tomando su brazo, hizo un puchero, -Alberto, cómpramelo, por favor, lo quiero.

Alberto miró al dueño, -Pagaré el doble del precio.

Y compró el artículo para Ana a ese precio.

Ana levantó su mentón, orgullosa, como un pavo real, y miró a Raquel con aire de triunfo.

Parecía decir: Mira, Alberto me lo compró.

Ramón, sin perder tiempo, intervino, -Alberto, esto ya no tiene gracia. Dueño, yo ofrezco el

triple del precio.

Ramón compró para Raquel pagando tres veces el precio.

Raquel lo miró, -Ramón, basta

-No, no basta, voy a comprarlo. Quiero ver cómo te queda -Ramón sonrió.

Las cejas de Alberto, siempre tan apuestos, se fruncieron levemente, -Yo ofrezco el cuádruple.

Ramón respondió: -Yo ofrezco el quintuple.

La disputa se había convertido en una competencia entre dos hombres.

Alberto dijo, -Seis veces el precio.

Cuando Ramón iba a responder, Raquel lo detuvo, -Ramón, de repente ya no me gusta este bikini rosa.

Dicho esto, Raquel extendió su delicado dedo y señaló un bikini fucsia, Quiero ese.

El dueño rápidamente le entregó el bikini fucsia, -La dama tiene buen gusto.

Raquel le guiñó el ojo a Ramón, juguetona, Ramón, ¿puedes comprármelo?

Ramón levantó una ceja, sabiendo que Raquel no quería que él y Alberto siguieran con esa

Capitulo 172

competencia. También entendió que ella lo hacía para cuidar el orgullo de ambos, para evitar

que quedaran mal frente a todos. ¿Cómo podía ser tan atenta?

-Por supuesto que .

Ramón sacó su billetera y pagó el bikini fucsia para Raquel.

Raquel tomó el bikini rosa y se lo lanzó a Ana, Ana, ya no quiero este, te lo doy a ti.

Ana no esperaba ser la que recibiera el golpe y su rostro se oscureció.

Laura se rió, —Algunos son realmente raros, gastan seis veces el precio por algo que Raquelita

no quiere.

Ana estaba furiosa.

-Raquelita, vámonos, vamos a cambiar de bikini –Laura miró a Alberto, y dijo a propósito-. Este bikini fucsia lo pagó Ramón, Raquelita, apúrate y pontelo para que Ramón lo vea.

Los labios de Alberto se apretaron en una fina línea, y su presencia se volvió instantáneamente

sombría.

Raquel estaba agradecida con Ramón y sonrió suavemente, -Ramón, voy a cambiarme.

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