Capítulo 213
Alberto se quedó paralizado.
¿Raquel se desmayó por algo que comió?
¿La píldora anticonceptiva?
Alberto quería preguntar, pero justo en ese momento, se oyó un “tutut“, y Camila colgó el
teléfono sin más.
Ana había escuchado todo. Miró a Alberto, sorprendida. -¿Alberto, Raquel se desmayó por la píldora anticonceptiva?
Alberto no respondió. Simplemente apartó a Ana de un empujón y dijo: -Voy a la Universidad
del Futuro.
Alberto salió rápidamente.
Ana miró a María. -Mamá, ¿qué está pasando? Alberto y Raquel no han tenido relaciones. ¿ Por qué Raquel está tomando la píldora anticonceptiva?
María tampoco entendía, pero su rostro se ensombreció. -Anita, voy a averiguar qué está pasando.
Alberto llegó a la Universidad del Futuro a una velocidad vertiginosa y entró directamente a la enfermería.
-¡Presidente Alberto, por fin llegas! ¡Tienes que ver a Raquelita! –Camila lo agarró del brazo y lo condujo hasta la cama donde yacía Raquel.
Alberto miró a la joven recostada, su mirada baja. Raquel estaba encorvada, su enfermedad la hacía lucir aún más frágil, casi como una figura de ternura.
En ese momento, Raquel tembló levemente y despertó.
-Raquelita, ¿despertaste? -Camila la levantó un poco.
Raquel vio a Alberto y se sorprendió. -¿Qué haces aquí?
Alberto, de pie, alto y elegante, con una expresión difícil de leer en su rostro, dijo: -Camila me llamó.
Raquel no podía creer que su alergia a la píldora anticonceptiva hubiera provocado que Camila llamara a Alberto.
Raquel miró a Camila. –Camila, no deberías…
Capitulo 213
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Camila la interrumpió al instante. -¡Raquelita, te dio una reacción alérgica a la píldora! ¡Por supuesto que llamé al presidente Alberto! ¡Él tiene que responsabilizarse!
Dicho esto, Camila se volvió hacia Alberto y lo reprendió. -¡Presidente Alberto, las píldoras anticonceptivas ya son malas para el cuerpo de una mujer, y Raquelita tiene alergia! Si no quieres tener hijos, por favor, usa métodos anticonceptivos adecuados. ¡No pongas a Raquelita a sufrir solo porque no quieres comprometerte!
Al escuchar esas palabras, la cara pálida de Raquel se tiñó de rojo. -Camila, por favor, cállate.
Alberto la miró desde arriba con frialdad. Luego, dirigiéndose a Camila, dijo: —Sal, por favor.
-Está bien, los dejo. Ustedes hablen -dijo Camila, dejándolos a solas.
Ahora solo quedaban Raquel y Alberto. Raquel se sintió incómoda. ¿No pensaría él que ella lo había llamado intencionadamente para que Camila lo trajera y lo hiciera responsable?
-Yo… -Raquel intentó hablar.
Pero la voz fría de Alberto la interrumpió: —¿Últimamente has estado con Ramón?
Raquel se quedó en shock. ¿A qué venía esa pregunta?
Ella había estado en el hospital cuidando a Ramón.
Raquel asintió, —Sí.
Alberto torció sus labios con una ligera sonrisa burlona. Así
que,
efectivamente, fue por
Ramón que tomaste la píldora anticonceptiva.
¿Acaso no estaban usando protección cuando estaban juntos?
Los ojos de Alberto estaban llenos de frialdad y desdén. -¿Por qué tomaste la píldora?
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