Capítulo 240
Los ojos claros de Raquel se encontraron con los de él, y con una sonrisa radiante dijo: – Gracias por el elogio, presidente Alberto.
Media hora después, el Rolls–Royce Phantom se detuvo frente a la comisaría. Raquel y Camila salieron del auto y se acercaron a Laura.
Raquel abrazó a Laura con fuerza. —Laura, gracias por estos días difíciles.
Laura parecía estar en excelente estado de ánimo. -Pasé un tiempo tranquilo en la cárcel, comí bien, dormí bien, todo está perfecto.
Las tres se rieron.
En ese momento, Nahia se acercó, mirando a Raquel con odio. Ella había planeado hacerle la vida imposible a Raquel usando a Laura, pero no esperaba que Raquel la sorprendiera. No estaba conforme con lo que ocurría.
Sabía que Alberto sentía algo por Raquel, especialmente después de aquella noche en la que la mujer que estuvo con Alberto fue Raquel. Cuando vio el mensaje de Raquel, se asustó al
instante.
Investigó y descubrió que Raquel realmente fue a ver a Alberto en Grupo Díaz, y poco después Alberto la llevó en su lujoso auto.
Se asustó.
No tuvo más opción que venir a la comisaría para retractarse y liberar a Laura.
El rostro joven y angelical de Nahia se torció. Miró a Raquel. – Raquel, sabes que estoy con el presidente Alberto, y aún así lo seduces. Eres una sinvergüenza…
-Nahia -Raquel la interrumpió directamente. Con una mirada, señaló hacia afuera-. El presidente Alberto está ahí. Mejor no dejes que vea tu faceta más desagradable.
Nahia giró la cabeza y vio el Rolls–Royce Phantom estacionado afuera.
El auto de lujo mundialmente famoso estaba bajo una luz tenue, discreto pero misterioso. Aunque no podía ver el interior, Nahia ya percibió que unas frías miradas se posaban sobre ella.
Su expresión cambió rápidamente, pasando de odio a una aparente ternura.
En ese momento, escuchó una ligera risa burlona. Giró la cabeza y se encontró con los ojos de Raquel.
Captulo 240
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Raquel estaba bajo las luces brillantes, sus ojos inteligentes y vivaces observándola, como si pudiera ver a través de todas sus máscaras.
Nahia palideció.
Camila comentó con sorna: –No me sorprende, es una actriz excelente para hacerse la tonta.
Laura se acercó y empujó ligeramente a Nahia. -Estrella Nahia, lo mejor es que nadie descubra lo que estás haciendo con el presidente, o si no, tu nueva imagen de la pequeña doncella se convertirá en la de una mujer seductora.
Nahia apretó los puños.
Raquel habló entonces: -Laura, Camila, vámonos.
-Está bien.
Raquel se dio la vuelta y se fue con Laura y Camila.
Nahia estaba furiosa, pero no se atrevió a explotar por miedo a que Alberto lo viera.
Se acercó al Rolls–Royce Phantom.
En ese momento, la ventana del conductor bajó lentamente, revelando el rostro refinado de
Alberto.
-Presidente Alberto, Raquelita y yo somos hermanas. Aunque Laura intentó perjudicarme, la dejé ir… -Nahia trató de justificar sus acciones, buscando mostrar su imagen de persona buena y compasiva.
Alberto estaba reclinado con una postura relajada, con los dedos largos descansando sobre el volante. Alzó la vista y la miró a Nahia con una expresión inexpresiva. Luego, con voz fría, preguntó: -¿La mujer que estuvo conmigo esa noche en Villa Cielo Claro eras tú?
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