Capítulo 272
Ana estaba furiosa: -¡Alberto, mira a esa mujer!
Todos esperaban ver a Raquel hacer el ridículo, pero al final fue Raquel quien los dejó en el suelo, jesto es increíble!
Alberto observó la silueta de Raquel alejándose, sus ojos oscuros no dejaban entrever lo que estaba pensando. Apretó ligeramente los labios y dijo: -Está bien, basta ya.
Ana se quedó en silencio, conteniendo su ira hacia Raquel. —Alberto, dijiste que esta noche me presentarías a Sofía, ¿y Sofía?
Ana no olvidó el tema principal, tenía que casarse con Alberto lo antes posible.
Alberto había visto a Camila antes. En voz baja, dijo: -Voy a buscar a Sofía.
–
Ana rápidamente le entregó el bolso de edición limitada que llevaba en las manos a Alberto. — Alberto, dale este bolso a Sofía, seguro que le va a gustar.
Cuando Raquel no regresaba del baño, Camila comenzó a preocuparse. Se levantó para ir a
buscarla.
En ese momento, Alberto la llamó: -Sofía.
Camila la ignoró por completo y dio la vuelta para irse.
Pero Alberto le bloqueó el paso. -Sofía, ¿estás perdiendo los modales? ¿Ni siquiera me llamas “primo” ahora?
Camila era hija del señor Rodrigo, pero como tomaba el apellido de su madre, Ana y Elena no sabían que Sofía era, en realidad, Camila.
El señor Rodrigo tuvo a Camila cuando ya era mayor, y, además, ella tenía una marca de nacimiento en la cara, por lo que toda la familia Guerrero, incluido Alberto, la consentía y
mimaban mucho..
Camila miró a Alberto con desdén. -Primo, ¿cómo puedes tratar así a Raquelita? ¿Sabes lo mal que estuvo después de que te divorciaste de ella? Estuvo tan enferma que se le subió la fiebre a 42 grados y se repitió durante siete días. Incluso cuando estaba en coma, seguía llorando…
Alberto cerró los ojos y la interrumpió con voz firme. —¡Basta, no sigas!
Camila se detuvo.
Alberto, con expresión imperturbable y voz fría y profunda, dijo: -Ya estamos divorciados, no
Capitulo 272
quiero escuchar nada sobre ella.
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Camila se quedó impactada al mirar a Alberto. No esperaba que fuera tan despiadado y cruel.
Alberto le entregó el bolso de edición limitada a Camila.
Camila lo tomó en las manos. -¿Qué es esto?
—Es un regalo de Ana para ti.
¿Qué un regalo?
Camila, sin pensarlo, lanzó el bolso de vuelta a Alberto.–¡Llévatelo lejos! ¡No quiero nada que venga de una amante!
Alberto la miró con desdén. -Sofía, no seas tan caprichosa. Ana realmente quiere ser tu amiga. Ella, que es tan orgullosa, ha hecho un gran esfuerzo para agradarte. Tienes que intentar ser amiga de ella.
¿Ser amiga de Ana?
-Que se esfuerce si quiere, no le pedí que lo haga. Yo no voy a ser amiga de alguien así.
Alberto apretó los labios y dijo: -Sofía, Ana y yo planeamos casarnos. Ella será tu cuñada a partir de ahora.
Los ojos de Camila se agrandaron. -¿Primo, acabas de divorciarte de Raquelita y ya piensas casarte con Ana?
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