Capítulo 367
Alberto dijo: Raquel, jhabla!
Raquel se rió, ¿quién se crefa que era?, ¿su jefe?, ¿con qué derecho le ordenaba que le obedeciera?
Raquel ignoró su petición una vez más.
Desde el asiento del conductor, Luis dijo riendo, Raquelita, aunque te hayas divorciado del presidente Alberto, ¿por qué siento que aún no han cortado completamente su relación? El presidente Alberto, ¿todavía alberga fantasías contigo?
Raquel respondió, -No sé.
Luis continuó, -En el mostrador del centro comercial, cuando te abracé, la mirada del presidente Alberto probablemente quería cortarme las manos, Raquelita, fingir ser tu novio es un trabajo peligroso.
Raquel miró a Luis, -Entonces, ¿sigues queriendo fingir ser mi novio? Si no, buscaré a Javier o a José.
-No los busques, ¡por ti soy capaz de atravesar fuego y agua sin dudarlo!
Mientras conversaban, pronto llegaron a la Universidad del Futuro. Raquel fue al dormitorio de las chicas, Camila definitivamente no estaba allí.
Raquel se sentó a esperar a Camila.
De hecho, Raquel no se equivocaba, Camila estaba buscando a Héctor.
Camila llegó al aula de Héctor, aún no había llamado a los compañeros de clase cuando dos estudiantes masculinos corrieron hacia ella rápidamente, -Camila, hola.
Camila, sorprendida, dijo, -¿Me conocen?
-Camila, has venido a buscar a Héctor durante una semana seguida, por supuesto que te
conocemos.
-Y ahora eres una celebridad en la Universidad del Futuro, el conflicto que tuvieron Héctor y Alarico por ti en el campo de baloncesto se ha difundido por todos lados.
Camila no sabía que se había convertido en una celebridad, pero su marca de nacimiento en la cara había desaparecido, su pequeño rostro en forma de huevo era brillante y hermoso, lo que atraía muchas miradas dondequiera que iba.
Hoy, Camila llevaba el uniforme de la escuela, una camisa blanca con una falda corta azul, y un blazer azul marino encima. Su largo cabello negro caía libremente, con un flequillo liso en la
Capitulo 367
frente, mostrando un vibrante espíritu estudiantil.
Camila, algo avergonzada, preguntó, ¿Vino Héctor hoy?
212
Los dos estudiantes masculinos negaron con la cabeza, No, Héctor no ha venido a la escuela
desde hace días.
Él tampoco vino hoy.
Camila, algo decepcionada, dijo, Está bien, gracias, me voy.
—
Camila, con su bolso al hombro, se dio la vuelta para irse; dentro del bolso todavía llevaba su chaqueta negra, que no había podido devolverle.
La última vez, en el campo de baloncesto, después de que ganó a Alarico, se marchó rápidamente sin mirar atrás y sin prestarle atención a ella.
Camila fue al baño de mujeres a lavarse las manos, y en ese momento, varias compañeras se acercaron, lideradas por la chica más guapa, Miraena.
Comments
The readers' comments on the novel: El CEO se Entera de Mis Mentiras