Capítulo 399
Se menciona el origen de Raquel, un origen que solo conocen Alejandro y doña Sara, en el pasado también lo sabía Diego, pero Diego pagó con su vida debido a esto.
Alejandro interrumpió de inmediato, -Mamá, no hables más.
Doña Sara también sabía que debía mantener el secreto, así que rápidamente cerró la boca.
María quería escuchar más, esperando captar alguna información crucial, pero como ellos dejaron de hablar, se sintió decepcionada.
Ana y Rosa rodeaban a Pyrion, -¡Tú, estafador, saca nuestro dinero ya!
-¡No puedo creer que nos hayas engañado, eres un desgraciado!
Ana y Rosa desahogaban su furia rodeando a Pyrion.
Todo era culpa de Pyrion, habían sufrido mucho estos días.
Doña Sara dijo, -Ahora que hemos capturado a Pyrion, recuperemos nuestro dinero.
Alejandro y Ricardo asintieron, -De acuerdo.
En ese momento, un Rolls Royce de negocios estaba aparcado tranquilamente al lado de la carretera, observando todo lo que sucedía.
Francisco expresó sorprendido, -Presidente, Raquel realmente nos adelantó y encontró a este estafador, y lo trajo aquí, ¿por qué tengo la sensación de que Raquel es muy enigmática? Presidente, ¿es solo una impresión mía?
Alberto, sentado en el asiento trasero, su expresión era oscura e indescifrable, si esto era una impresión, qué coincidencia, él también tenía esa impresión.
Raquel parecía realmente enigmática.
Alberto dijo, -Sigámosla, veamos a dónde va.
Francisco respondió, —Sí.
El Rolls Royce de negocios comenzó a seguir el carro de Raquel, en los ojos de Alberto brillaba un destello de codicia, sentía que estaba un paso más cerca de la verdad, como si estuviera a punto de descubrir quién era realmente Raquel.
Media hora después, Raquel llegó a la Tienda de las Hierbas Celestiales.
Francisco comentó, -Presidente, Raquel ha bajado del carro, entró a la Tienda de las Hierbas Celestiales, ¿qué hace Raquel aquí, tiene alguna relación con la Tienda de las Hierbas Celestiales?
Capitulo 399
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Alberto, observando la delicada silueta de Raquel, dijo, -Sigámosla y lo sabremos.
Alberto y Francisco bajaron del carro y siguieron a Raquel dentro de la Tienda de las Hierbas
Celestiales.
Pronto Raquel llegó al último piso, y al frente en el corredor había un grupo de guardaespaldas vestidos de negro, como si estuvieran allí para darle la bienvenida a Raquel.
Francisco susurró, -Presidente, es impresionante el recibimiento que la Tienda de las Hierbas Celestiales ha preparado para Raquel.
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