Capítulo 398
Rosa en cuanto vio a Pyrion se emocionó muchísimo, su primera experiencia sexual dinero habían sido tomados por este estafador, y había sufrido grandes pérdidas.
Rosa se abalanzó hacia adelante y comenzó a golpear y a patear a Pyrion, -¡Tú, estafador, eres un estafador! ¡Devuelve el dinero, devuelve todo el dinero!
La cara de Pyrion estaba amoratada y claramente había sido golpeado por la gente de Raquel. Pyrion no miraba a Rosa, sino que miraba a Raquel, temblando y dijo, Eres terrible, demasiado terrible!
–
¡No eres humana! ¡
Ana miraba a Pyrion, -¿Qué estás diciendo, por qué tienes miedo de Raquel? ¡Ella es solo una ama de casa inútil, no hay nada que temer!
María inmediatamente preguntó, -Raquel, ¿cómo lo encontraste?
Raquel curvó sus labios rojos, con una sonrisa radiante dijo, -No hay nada que decir, ahora quiero recuperar las cenizas de mi padre.
Doña Sara se interpuso frente a Raquel, -Raquel, no puedes…
Raquel miró a doña Sara, -Doña Sara, ¿qué pasa, piensas renegar? Si reniegas, entonces no te lo entregaré, y no podrás recuperar tu dinero.
Doña Sara se sintió algo culpable, -Raquel, ¿cómo podría retractarme de lo que prometí? Solo que… hoy no es un buen día, busquemos otro momento adecuado para que vengas a recoger las
cenizas.
Raquel miró a doña Sara, —Doña Sara, estoy aquí para recoger las cenizas de mi padre, de hoy
no pasa.
Después de decir esto, Raquel pasó por alto a doña Sara y caminó con grandes pasos hacia Casa
Pérez.
Todavía había un sello blanco en Casa Pérez, extendió la mano para despegar el sello y luego empujó con la mano.
Con un chirrido, la gran puerta de la antigua casa se abrió y Raquel entró.
Raquel llegó a la cripta familiar de la familia Pérez, donde se veneraban muchas cenizas y placas de los antepasados de la familia Pérez. Pronto vio la placa de Diego en una esquina.
La placa estaba en un rincón, parcialmente cubierta por un trapo y con polvo encima.
Raquel se sintió desolada, realmente no podía entender por qué la gente de la familia Pérez trataba así a Diego.
Capitulo 398
¿Por qué?
2/2
Raquel extendió la mano para sostener la placa, limpió todo el polvo con su mano, y sus ojos pálidos se tornaron rojizos mientras decía en voz baja, -Papá, he venido a buscarte.
Las cenizas de Diego estaban detrás de la placa, Raquel las tomó en sus brazos, luego levantó la placa y salió con paso firme.
Doña Sara la miró y preguntó, -Raquelita, ¿dónde vas a poner las cenizas?
Raquel respondió, -Cualquier lugar lejos de aquí es bueno para mi padre.
Dicho esto, Raquel se fue sin mirar atrás.
Comments
The readers' comments on the novel: El CEO se Entera de Mis Mentiras