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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 424

Capítulo 424

-Sí, todo lo compró mi novio, el auto de lujo es suyo, la mansión también es suya, yo solo tenía que mudarme.

Alberto frunció ligeramente los labios, cuando de repente vio algo sobre la mesa de café.

-¿Qué es esto? -Alberto se acercó a la mesa de café.

Raquel levantó la vista, y sus claros ojos se contrajeron de repente, porque había un test de

embarazo sobre la mesa.

Raquel extendió la mano para tomarlo.

Pero Alberto fue más rápido, ya había cogido el test de embarazo.

Lo miró y luego la miró a ella. -¿Para qué compraste un test de embarazo?

Raquel miró el test, afortunadamente era nuevo y no tenía dos líneas rojas, de lo contrario no podría haber ocultado su embarazo.

Dado que él no quería niños, no tenía planes de ser padre, ella decidió no decirle nada.

De hecho, Raquel no estaba segura de su actitud, si él supiera que estaba embarazada, ¿la dejaría tener al bebé?

Si él no quisiera que ella tuviera a su hijo, ¿la obligaría a abortar?

No se atrevía a apostar.

-Raquel, ¿por qué no hablas? Te pregunté por qué tienes un test de embarazo aquí.

La mirada penetrante de Alberto cayó sobre Raquel.

Raquel respondió. -Los tests de embarazo son, por supuesto, para verificar si estás

embarazada.

Alberto alargó sus largas piernas, acercándose a Raquel.

Su imponente sombra la envolvió, obligando a Raquel a retroceder dos pasos. -¿Qué haces?

Pronto, sus rodillas tocaron el sofá, y Raquel cayó sentada directamente sobre él. En ese momento, Alberto se acercó, apoyando una mano en el sofá, atrapándola en sus brazos, la miró. -¿Por qué te hiciste la prueba, acaso estás embarazada de mi hijo?

Los ojos de Raquel temblaron.

Alberto de repente añadió. -¿O estás embarazada del hijo de Luis?

Capitulo 424

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Raquel se detuvo, de inmediato entendió a qué se refería, levantó la mano contra su musculoso pecho y lo empujó con fuerza hacia fuera. —¡Eso no es asunto tuyo!

En ese momento, su pequeña mandíbula fue agarrada por él, Alberto levantó su pequeño rostro, obligándola a mirarlo a los ojos.

Alberto la miró. -¿Estás enojada?

Raquel respondió. —¡No!

-¿Por qué estás enojada, acaso no has tenido relaciones con Luis aún?

Al oír esto, Raquel lo miró fijamente, esa era la razón por la que él había irrumpido descaradamente en su apartamento, quería ver hasta dónde había llegado ella con Luis.

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