Login via

El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 425

Capítulo 425

Alberto sintió dolor, ella seguía siendo como antes, le gustaba morder a la gente.

Alberto extendió la mano para empujarla directamente hacia el sofá.

El suave cuerpo de Raquel cayó en el sofá, justo cuando intentaba levantarse, la alta y erguida figura de Alberto se presionó sobre ella, aplastándola contra el sofá.

Raquel puso sus pequeñas manos en su musculoso pecho y frunció el ceño. -¡Alberto, ¿qué estás haciendo?hmm!

Sus labios rojos fueron sellados, Alberto inclinó la cabeza y besó sus labios.

Los claros ojos de Raquel se contrajeron súbitamente, la última intimidad fue en aquel pueblo, donde él la forzó a hacer el amor, y desde entonces no habían tenido más contacto íntimo.

Ahora, su presencia limpia, fría, dominante y fuerte volvía a invadirla, forzando sus dientes, vertiendo solo en su boca, dejando a Raquel con la mente en blanco.

-Alberto, ¡déjame!

Raquel luchó con fuerza, sus manos empujando contra su chaqueta negra de traje, tocando el broche de flecos en ella, ese toque frío y distante dejó a Raquel estupefacta.

La mujer debajo de él luchaba demasiado fuerte, el calor en la garganta de Alberto ardía, él dominante absorbía su saliva y luego sus labios se deslizaron por sus mejillas y lóbulo de la

oreja.

-Alberto, ¡para ya! ¿Qué estás haciendo, ya estamos divorciados!

Alberto extendió la mano para desabrochar la ropa sobre su cuerpo.

Entonces sonó una melodiosa melodía de teléfono, había una llamada.

Raquel buscó su teléfono, el identificador de llamadas mostraba el nombre de Luis.

Era Luis quien llamaba.

-Alberto, Luis está llamando, si no paras ahora, voy a contestar la llamada.

Alberto tomó su pequeño rostro del tamaño de una palma y sonrió. -¿Todavía tienes ese

hábito?

Raquel confundida. -¿Qué?

Alberto miró divertido el identificador de llamadas de Luis. -¿Dejar que tu actual novio vea un directo de ti y tu exmarido, eso no es emocionante?

Capitulo 425

2/2

Boom, la mente de Raquel explotó, inmensamente avergonzada, ¿cómo podía decir algo tan descarado y sin vergüenza?

La ropa de Raquel estaba arrancada y desordenada, mostrando parcialmente sus hombros fragantes y su cabello despeinado, pero la ropa de Alberto no tenía ni una arruga, estaba impecable. El dijo con calma. -Contesta, dejemos que Luis vea entre él y yo, quién es mejor en hacer el amor.

Clap.

Raquel levantó la mano y le dio a Alberto una bofetada.

Esta vez Alberto no esquivó, el golpe resonó nítidamente y torció medio rostro apuesto de

Alberto.

Alberto lentamente giró su rostro de vuelta. -Por cada bofetada, una vez que hacemos el

Comments

The readers' comments on the novel: El CEO se Entera de Mis Mentiras