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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 486

Ana sonrió de inmediato. -No te afanes, No ha pasado nada, Alberto; sigue con tus asuntos.

Alberto miró a Ana con sospecha.

De pronto, Ana se sintió algo culpable; temía que Alberto notase algo extraño en ella, dado que, con su aguda percepción, era fácil detectar cualquier indicio.

De pronto, Francisco llegó con un documento y dijo: -Jefe, este contrato aún presenta algunos problemas.

Alberto entonces retiró su mirada. Vamos al estudio a hablar de eso.

Llevó a Francisco de regreso al estudio para manejar documentos urgentes.

El corazón de Ana finalmente se tranquilizó; sonrió, consciente de que ahora no tenía que hacer nada más, solo esperar buenas noticias.

Esta noche, el bebé en el vientre de Raquel sería abortado.

¡Nadie podría amenazarla ahora!

Raquel conducía a toda prisa hacia el apartamento de Laura cuando Camila la llamó. —Hola, Raquelita, ¿por qué no pude comunicarme con Laura hace un momento?

Camila aún no sabía que Laura había tenido un problema.

-Camila, escucha, Laura tuvo un problema. ¡Laura fue secuestrada!

-¡¿Qué?! -exclamó Camila sorprendida—. Raquelita, ¿dime quién secuestró a Laura?

-Fue Alberto.

Camila inhaló con brusquedad. -¿El jefe Alberto? ¿Para qué secuestraría a Laura?

-Alberto quiere obligarme a tratar la enfermedad cardíaca de Ana; ahora que está del lado de Ana puede hacer cualquier cosa, ya no tiene límites, ese maldito hombre.

Camila estaba tan sorprendida que no pudo hablar.

Camila, te digo esto para que tengas muchísimo cuidado; temo que Alberto pueda ir tras de ti después.

Raquelita, de hecho, yo y el jefe Alberto

-Camila, no puedo hablar más, ya llegué al apartamento de Laura.

Raquel colgó, abrió la puerta del auto y corrió apresurada hacia el apartamento de Laura.

Capitulo 486

Había vivido un tiempo en el apartamento de ella por lo que tenía las llaves, las cuales usó para abrir la puerta.

El apartamento estaba en completo desorden, como si hubiera habido una pelea; estaba silencioso, ya no había nadie allí.

Raquel entró gritando. -¡Laura! ¡Laura!

Nadie respondió.

Raquel abrió la puerta de la habitación, pero no había nadie adentro.

En ese preciso momento, Raquel escuchó algo de repente, parecía un sonido amortiguado de mmm.

Enseguida empujó la puerta del baño y vio a Laura.

Laura estaba siendo sujetada por una persona vestida de negro, quien le tapaba con firmeza la

boca.

Raquel, sorprendida, se acercó de inmediato. -¿Quién eres? ¡Suéltala a Laura ahora!

Al ver que Raquel se acercaba sin precaución, Laura de inmediato lo negó, indicando a Raquel que no se acercara.

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