Capítulo 519
Camila observaba a los miembros de la familia Pérez, pálidos como la muerte, y luego señaló a Ana: ¡Alberto, Ana es una estafadora!
Laura intervino: -Alberto, lo que deberías hacer ahora es atender a Ana.
Alberto soltó lentamente a Raquel, se giró y, con los ojos rojos de furia, miró a Ana.
Ana, pálida como una hoja, suplicó: -Alberto, escúchame..:
Alberto, con una mirada sombría y feroz, la encaro y dijo: -Está bien, te daré una oportunidad ahora, habla claramente. ¿Por qué fingiste ser Raquel? ¿Por qué robaste el medallón de Raquel? ¿Por qué me has engañado durante tanto tiempo? Solo tienes esta oportunidad, si no lo haces bien, haré que toda la familia Pérez’sea destruida
Hoy, todos los miembros de la familia Pérez estaban presentes y sus rostros se volvieron blancos de repente.
Doña Sara sintió debilidad en las piernas y casi colapsó al suelo.
La familia Pérez no puede ser destruida.
¡No puede ser!
Ana corrió hacia adelante y agarró la manga de Alberto. -Alberto, lo siento, me equivoqué… Yo fingí ser Raquel, pero fue porque te amo, te amo tanto que…
Antes de que pudiera terminar, Alberto la empujó con fuerza. -Tu amor por mí, ¿qué tienes que ver conmigo?
-¡Ah! -Ana perdió el equilibrio y cayó al suelo.
María y Alejandro se acercaron rápidamente. -Anita, ¿estás bien?
Alberto miró hacia abajo a Ana con desprecio. -Durante estos años, si no hubieras usurpado la identidad de Raquel, ¿crees que te habría mantenido a mi lado? Siempre pensé que eras Raquel, fuiste tú quien me hizo perder tantos años con Raquel, tú quien me hizo pasar de largo con Raquet una y otra vez, Ana, realmente me das asco.
Las lágrimas de Ana comenzaron a fluir. -Alberto, por favor, no te enojes, no fue intencional, es que te amo demasiado…
Camila intervino: Ana, lo único que amas es a ti misma. Hace cuatro años, cuando Alberto quedó en estado vegetativo, tú escapaste. Cuando Alberto se recuperó, volviste. Solo te amas a ti misma, eres egoísta, hipócrita y maliciosa, solo deseas dinero y poder.
–
Laura dijo. Si no fuera por Raquel, quien descubrió la verdad, habríamos estado engañados para siempre, y tú habrías usurpado la identidad de Raquel toda la vida, Ana, ¡no hay nadie peor que tú!
Capitulo 519
Ana gateaba en el suelo, llegando hasta donde estaba Alberto. -Alberto, no es así, déjame explicarte…
Alberto, con una mirada fría y llena de hostilidad, dijo: –¡Basta! Ya te di la oportunidad de explicarte, y tus explicaciones fueron insatisfactorias, ¡no quiero volver a oírte hablar!
Como si fuera empujada hacia un abismo, Ana sintió un dolor en el corazón, un dolor intenso y
real.
Ana se llevó la mano al corazón. Alberto, me duele el corazón, me duele mucho.
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