-Estás bromeando, seguir a nuestro gran jefe es prometedor, Héctor no querría irse.
Alarico ya había escuchado lo que quería oír, y, acompañado con un gesto de su mano se despidió: -Váyanse, nosotros nos quedaremos jugando.
-Claro, cualquier cosa que necesites, solo dímelo
-Está bien.
Varios subordinados vestidos de negro se marcharon.
Alarico miró hacia Camila: -¿Sabes quién es el gran jefe de este casino? He oído que este gran
jefe está involucrado en el narcotráfico, y que Héctor trabaja para él.
Camila miró a Alarico conmocionada, ¿el gran jefe de aquí es un narcotraficante?
¿Lo sabe Héctor?
Camila sabía que Héctor era muy capaz, tenía muchas opciones para ganar dinero, ¿por qué eligió este camino?
Alarico sonrió: —Camila, ¿lo ves? Héctor ya ha adoptado estos vicios, el camino que él sigue es diferente al tuyo, deberías cortar lazos con él cuanto antes, justedes no tendrán futuro!
Camila apretó los puños: -Alarico, mejor ve a buscar a Elena, ¡no te metas en lo mío y en lo de
Héctor!
Camila, no seas ingrata, esto es porque me preocupo por ti.
-¿Preocuparte por mí?– Soltó una risa: -Alarico, todavía recuerdo claramente cómo me detestabas, cómo me traicionaste, ¿cómo es que tu actitud ha cambiado tanto ahora?
Alarico se tensó: -Yo…
Los bellos y brillantes ojos de Camila lo miraban con sospecha: -Alarico, no me digas que te
has enamorado de mí.
¿Qué dices?
Esa frase pareció golpear un nervio sensible en Alarico, quien inmediatamente lo negó: – Camila, estás soñando, ¿cómo podría enamorarme de ti?
-Eso sería lo mejor, Alarico, más te vale no enamorarte de mí, porque si no, te despreciaré.
Dicho esto, Camila se giró y fue a buscar a Héctor
-¡Camila!
Alarico quedó paralizado en su lugar, mirando la dirección en la que Camila había
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desaparecido, apretando los puños con fuerza.
Camila fue a buscar a Hector, pero el lugar era demasiado grande, era su primera vez allí, y después de dar varias vueltas, casi se pierde.
Ella necesitaba encontrarlo, porque tenía muchas preguntas que hacerle y mucho que decirle
Mientras caminaba por un pasillo y giraba en una esquina, finalmente vio a Héctor, que estaba de pie delante.
Camila quería acercarse.
Pero en ese momento, apareció una figura juvenil y atractiva. La chica vestía top y shorts negros, con un aspecto audaz y atractivo. Corrió hacia Héctor y dijo alegremente: -¡Héctor! Camila se detuvo, desconcertada por la presencia de otra chica junto a Héctor.
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