Capítulo 574
Dos secuaces vestidos de negro arrastraron al hombre de mediana edad.
Camilla le echo una mirada a Héctor, luego se dio vuelta y se fue.
Héctor alargo la pierna y la siguió.
Camila aceleró el paso; quería dejarlo atrás.
Pero el, con sus largas zancadas, seguía justo detrás de ella.
¡Deja de seguirme!
Camila corrió fuera del casino y llegó afuera, entonces torció su tobillo y cayó sentada en el
suelo.
Camila no podía creerlo; todo lo que le había pasado hoy había sido un desastre, todo lo malo
le había sucedido a ella.
Camila estaba sentada en el suelo cuando una voz grave y suave sonó sobre su cabeza: -¿Estás
bien?
Camila levantó la vista y allí estaba Héctor.
Ella sentada y él de pie; él era tan alto que tenía que mirar hacia arriba para verlo.
Héctor extendió su mano: -Levántate.
Quería ayudarla.
Camila no quería su auxilio, intentó levantarse por sí misma.
Pero simplemente no pudo.
En ese momento, Héctor tomó su delicado brazo la levantó del suelo.
Camila se quedó en silencio.
Ella todavía estaba enojada, pero él realmente tenía mucha fuerza.
Héctor la miró: -No vuelvas aquí, este lugar no es para ti. Te conseguiré un taxi, vuelve a casa.
Héctor se paró al borde de la carretera y llamó un taxi.
El taxi se detuvo y Héctor abrió la puerta trasera: Entra.
Camila se quedó parada sin moverse: -Héctor, ¿no tienes nada que decirme?
Héctor preguntó: -¿Decir qué?
Camila replicó: -¿Qué crees que deberías decir?
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Hector movió sus delgados labios: No tengo da que decir, estoy muy ocupado ahora. Not me busqués más, vuelve a casa.
Dicho esto, Héctor se dio la vuelta para irse.
Pero no pudo hacerlo, una pequeña mano suave se extendió y agarró su manga.
Se detuvo.
Guardó silencio durante unos segundos, sin girarse, queriendo irse.
Pero esa pequeña mano se aferraba firmemente a su manga, sin dejarlo ir.
Héctor carraspeó: -¡Sueltame!
Camila negó con la cabeza: ¡No quiero soltarte!
Se volvió hacia ella: -¿Qué quieres decir?
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