Capítulo veinticinco
Persigo al enorme lobo gris con todo lo que Fally puede entre los árboles, saltando arbustos, corriendo al rededor de acantilados, cruzando ríos y demás.
Estoy tan agotada internamente que siento las patas de mi loba por fuera irse debilitando poco a poco, pero no me rendiré, no ahora que ya pase la parte más difícil.
En un milisegundo veo a mi compañero jadear al igual que yo, pero seguramente tiene mi mismo objetivo, los guerreros a los límites de la manada se alertan al escucharnos pasar a toda velocidad y empiezan a perseguirnos sin saber que estamos en una práctica.
Link-
No se dejen agarrar, sigan adelante, yo diré cuando detenernos.]
Entendido, Alpha.-
Entendido.
Cierra link-
Aceleró mi ritmo hasta quedar casi a la par de Elián, lo mantengo por varios minutos, pero sé, de cierta forma, que esto me cansará más rápido, aunque al menos no corro con la posibilidad de quedarme atrás y ser cachada por los guerreros ya experimentados.
De la nada nuestro instructor decide cruzar los límites de la manada saltando del otro lado de un gran río y nos adentramos más en el bosque desconocido hasta no escuchar más a los guerreros, mis patas empiezan a temblar al no aguantar más y me voy de lleno a la tierra dando vueltas hasta estrellarme contra un pino.
Déjenme aquí a descansar y mañana regreso.
Elián frena precipitadamente y regresa hasta donde estoy en segundos, da un fuerte aullido en señal de ayuda a los guerreros de la manada y lentamente se acerca.
Jex, ¿Estás bien? ¿Te golpeaste fuerte? ¿Quieres que te lleve de regreso a la manada?]
Elián, estoy bien, solo necesito descansar y ya, por el momento caminemos un rato, por favor.
Vuelvo a ponerme de pie y él me hace de soporte para no irme de lado y caer al suelo, poco a poco avanza conmigo hasta un lugar despejado y noto el apagar de unas luces claramente, mi instinto sale a flote y busco, sin que él me lo diga, la fuente de esa actividad, pero sin ver nada a nuestro alrededor.
¿Jexi?]
Esta alerta, aquí hay alguien, Fally lo escucho.
Muevo mis orejas buscando otra fuente de ruido y avanzo hasta nuevamente escuchar un golpe seco contra madera, corro en esa dirección y me detengo detrás de dos árboles al notar la casa que antes no veíamos.
Elián se acerca hasta quedar en frente de la misma y suelta un gruñido fuerte de la nada, su lobo aguarda en posición de ataque y del interior veo salir a un chico pelirrojo con un atuendo totalmente negro.
Sus ojos dejan ver un destello celeste por un momento y rápido cambian a rojos que se degradan con un negro total.
¿Qué tipo de vampiro es para que pueda hacer eso?
—¿Qué hay perro? ¿Todo bien? —el chico señala el lugar mientras sale a la entrada —porque yo te veo fuera de tus límites —adopta una postura desafiante e intento salir de donde estoy para hacerle ver que no es uno solo, pero su voz resuena en mi mente.
Jex, pase lo que pase no te metas.]
Pero si estás en peligro mi deber es ayudarte.
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