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La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 109

Capítulo 109

Estefanía, con sus millones de seguidores en Twitter, podía desatar un torbellino con un solo mensaje. Esmeralda, consciente de que aquello podría arruinar su cuidadoso plan de falsa muerte, se apresuró a detenerla.

-¡Para, por favor, no hagas esto más grande!

Pero Estefanía, encendida por la furia, apenas cedió. Tras un forcejeo de palabras, accedió a no mencionar nombres, aunque su ímpetu no se apagó. A medianoche, el tuit salió disparado como un relámpago y, en cuestión de minutos, escaló hasta los primeros puestos de las

tendencias.

[@Estefanía: ¡Los hombres infieles no merecen paz! Que te atragantes con agua, que te aplaste un carro al cruzar la calle y que te quemes la lengua con la comida.]

La pantalla del celular de Esmeralda se iluminó con las reacciones que brotaban como chispas:

[¿Estás bien, reina? ¿Te hackearon o qué pasa?]

[¡Cielos! ¿Esto lo escribió la diosa Estefanía? ¿Qué te hicieron?]

[¿No estabas soltera? ¿A quién le estás tirando esa maldición?]

[Esto va a explotar, lo veo venir.]

El rumor corrió como pólvora por la red: Dejaron a Estefanía. Su mánager, al borde de la desesperación, la llamó en plena madrugada, pero ella, terca como mula, se negó a borrar el mensaje. Esmeralda, a un lado, observaba su celular con una mezcla de resignación y ternura, incapaz de enojarse del todo.

Minutos después, Estefanía colgó el teléfono y regresó con una sonrisa traviesa.

-Asunto arreglado.

-¿Y eso cómo lo lograste? -preguntó Esmeralda, alzando una ceja.

-Mi mánager subió un comunicado desde la cuenta oficial diciendo que defendía a una amiga¡Ay, carajo! Se me olvidó decir que no era por .

Esmeralda se quedó muda, pero en su pecho floreció un calor suave. En un mundo de máscaras y traiciones, encontrar a alguien dispuesto a alzar la voz por ella era un regalo raro.

-Gracias, Estefanía -murmuró, con la voz cargada de gratitud.

Ella la miró de reojo, como si dudara de su cordura.

-¿Qué te pasa? ¿Estás ebria o qué? No hay nada que agradecer.

-No me importa, te lo agradezco igual.

Capitulo 109

Sin pensarlo más, Esmeralda se inclinó y rodeó el brazo de su amiga con un abrazo breve pero firme. Una tormenta de emociones giraba en su interior: gratitud, culpa, tristeza. Estefanía aún no lo sabía, pero en una semana Esmeraldadejaría de existir. Se encontrarían de nuevo, , pero este adiós, aunque temporal, pesaba como una piedra en su alma.

Al día siguiente, el sol ya estaba alto cuando ambas despertaron. La noche anterior se habían enredado en una charla interminable, riendo y confesándose secretos hasta que el sueño las

venció al alba.

-Esme, ¿y ahora qué vas a hacer? -preguntó Estefanía, estirándose en la cama-. Ese idiota te puso los cuernos en tu propia casa. ¿No es hora de sacar los papeles del divorcio?

-Sí -respondió ella, asintiendo con calma-. En una semana todo estará listo.

-¿Una semana? Bueno, quédate aquí mientras tanto. Total, no tengo mucho trabajo estos días. -No, yo

Antes de que pudiera terminar, el celular de Esmeralda vibró con insistencia sobre la mesita de noche. Era un número desconocido. Pensó en Valentín y lo ignoró, pero el aparato no dejó de sonar. Con un suspiro, deslizó el dedo para contestar.

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