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La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 144

Capítulo 144

Eugenia retrocedió ante el grito, con el corazón apesadumbrado por la furia que resonaba en la voz infantil.

-¡Sal de aquí! ¡Te lo digo, sal de aquí!

No le quedó más remedio que obedecer. Cerró la puerta tras de con un suspiro que se deshizo en el aire, mientras el eco del portazo de Pablo retumbaba como un trueno en la quietud de la casa.

Observó la madera cerrada de la habitación infantil, negando con la cabeza en un gesto cargado de resignación. Este pequeño, pensó, lleva un torbellino en el alma; si no lo guían pronto, el viento lo arrastrará por caminos oscuros.

Pablo, aún con el rostro encendido por el ardor de la mejilla, se dejó caer sobre su cama. En un arranque de rabia, arrojó al suelo una lluvia de juguetes que chocaron con estruendo contra las paredes.

-¡Odio esto, los odio a todos ustedes!

Entonces, una chispa de ingenio brilló en su mente nublada por las lágrimas. Se inclinó, buscó entre el caos y rescató su teléfono del suelo. Con dedos temblorosos, marcó el número de su madre, Esmeralda.

¿Papá decía que mamá había muerto? No puede ser, se dijo, aferrándose a una esperanza frágil como cristal. Seguro está enojada porque siempre hablo de Jaz. Si la halago un poco y le digo que me duele el estómago, volverá corriendo.

Pero al marcar, solo una voz fría y mecánica respondió, cortando el hilo de su ilusión.

-¡Buaaa!

Se limpió las lágrimas con el dorso de la mano, el pecho agitado por sollozos que parecían arrancarle el aliento. Se sentía el niño más desdichado sobre la tierra: su madre lo había abandonado, su padre, perdido en el alcohol, lo había herido. Si tan solo Jazmín estuviera aquí, todo sería distinto.

Con ese pensamiento, buscó el número de Jazmín en el reloj.

En el corazón de la ciudad, la calle de los bares destellaba bajo un manto de luces parpadeantes. Dentro de uno, la música vibraba como un pulso vivo, mientras cuerpos se mecían en la pista al compás de risas y susurros. Jazmín, envuelta en un vestido corto sin tirantes que abrazaba su figura, reposaba con elegancia en el sofá de una cabina. A su alrededor, un joven de billetera abultada soltó un chiste subido de tono, y las carcajadas estallaron como burbujas de champán.

Su celular zumbaba con insistencia dentro de su bolso Gucci, un murmullo molesto que interrumpía la noche. Lo sacó con un gesto de fastidio y, al ver el nombre de Pablo en la

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Capítulo 144

pantalla, sus ojos se entornaron en una mueca de hastío. Su paciencia con ese pequeño estaba colgando de un hilo muy fino.

-¿Qué pasa ahora? -murmuró para misma.

Un influencer de sonrisa perfecta se acercó, rozando su barbilla contra el cuello de Jazmín con aire juguetón.

-¿Por qué no te unes a la diversión, nena?

Ella lo apartó con un movimiento suave pero firme.

-Voy a salir a contestar una llamada -dijo, levantándose con la gracia de quien sabe que

todos la observan.

Aunque el cansancio por lidiar con Pablo la carcomía, no podía ignorarlo del todo. Era el hijo de Valentín, después de todo, y si quería ascender en ese juego de poder, necesitaba tener al niño de su lado.

Encontró un rincón más sereno fuera del bar y, con un suspiro, contestó.

-Hola, ¿Pablo? -Su voz se tiñó de una dulzura fingida, un tono meloso que contrastaba con el desprecio de minutos antes.

Al otro lado, la voz entrecortada de Pablo irrumpió entre sollozos.

-Jaz, buaaapapá, papá me pegó.

-¿Te pegó? -preguntó, fingiendo sorpresa-. ¿Por qué, Pablo? ¿Qué pasó para que papá te pegara?

El niño hipó un par de veces antes de responder.

-Yo, yo solo le dije a papá que queríaque quería que fueras mi mamá, y entonces me pegó, buaaa

Jazmín entrecerró los ojos, contemplando el brillo de sus uñas de cristal bajo la luz tenue de la calle. Una idea danzó en su mente.

-¿Por eso fue? -dijo, casi para misma.

Qué inconveniente. Esmeralda ya estaba fuera del tablero, ¿y Valentín seguía aferrándose a su sombra? ¿O acaso su plan había funcionado demasiado bien, y él creía que Esmeralda lo había traicionado con Isaac? La posibilidad le arrancó una chispa de satisfacción.

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