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La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 164

Capítulo 164

-¡Esmeralda, Esmeralda! -vociferaba con desesperación, sus palabras disolviéndose entre el repiqueteo incesante de la lluvia y la vastedad del cementerio, mientras su silueta se recortaba contra la oscuridad implacable.

-¡Muéstrate de una vez! Dime la verdad, ¿realmente abandonaste este mundo o todo ha sido una elaborada mentira?

-¿No proclamabas que yo era el amor de tu existencia? -su voz se quebró, revelando la fragilidad bajo la furia-. Entonces explícame, ¿por qué entregaste tu corazón a Isaac?

-¿Cómo pudiste concebir gemelos con otro hombre? ¡Respóndeme, Esmeralda! ¡Necesito entender por qué!

Con un alarido que brotó desde lo más profundo de su ser, Valentín se abalanzó sobre la tierra húmeda, sus dedos hundiéndose en el barro mientras excavaba con la desesperación de quien busca una verdad sepultada bajo años de engaños y arrepentimientos.

Tras minutos de frenética excavación, sus manos temblorosas finalmente revelaron la urna funeraria que él mismo había depositado en aquel lugar. Una risa amarga, casi delirante, escapó de sus labios mientras contemplaba el recipiente.

-Esmeralda¿cómo es posible que tu existencia se haya reducido a este diminuto contenedor? -musitó con una ternura desgarradora-. ¿Acaso has olvidado todas tus promesas? Juraste pasar la eternidad como la señora Espinosa, traer a Pablo al mundo, convertirte en una madre ejemplar. ¡No cumpliste absolutamente nada de lo que prometiste!

Sus lamentos se elevaban hacia el cielo ennegrecido, retumbando entre las lápidas silenciosas como una acusación a los muertos. Repentinamente, como si una fuerza invisible hubiera absorbido hasta la última gota de su vigor, Valentín se desplomó sobre sus rodillas, transformado en la viva imagen de la desolación.

El conductor observaba la escena a prudente distancia, su rostro reflejando una mezcla de temor y compasión mientras contemplaba los sollozos descontrolados del presidente Espinosa. Después de tantos años a su servicio, comprendía perfectamente lo que presenciaba. El presidente proyectaba fortaleza, pero en su interior, nadie sufría con mayor intensidad que él. Sin embargo, el conductor sabía que el dolor era inútil; los fallecidos jamás retornan. Si el presidente hubiera valorado adecuadamente a su esposa durante su vida, quizás las circunstancias actuales serían completamente diferentes.

No pasó mucho tiempo antes de que Jazmín hiciera su aparición. Sosteniendo un paraguas con determinación, avanzaba mientras la lluvia había empapado ya la parte inferior de sus pantalones y el barro cubría completamente sus zapatos.

-Valentín -pronunció Jazmín, dominando su irritación para infundir dulzura en su voz.

-¿Te encuentras bien, Valentín?

No hubo respuesta. Él permanecía arrodillado, con la cabeza inclinada, permitiendo que las

Capítulo 164

gotas de lluvia resbalaran libremente por su cabello, como lágrimas del cielo que se solidarizaban con su dolor.

-¿Valentín?

Jazmín lo contemplaba con aparente compasión, aunque en su interior la envidia crecía desmedidamente. Él se había transformado así, pero únicamente por una mujer que ya no pertenecía al mundo de los vivos. ¿Por qué razón? Valentín ya no amaba a Esmeralda, ¿por qué permitir que el recuerdo de alguien que ya no amaba lo destruyera de esta manera? Cuanto más reflexionaba sobre esto, mayor era su indignación. Con un movimiento brusco, Jazmín sujetó a Valentín por los hombros, elevando considerablemente el volumen de su voz.

-¡Valentín, obsérvate! ¿Qué demonios estás haciendo?

Apretando los dientes con fuerza, su voz adquirió un tono estridente que se mezclaba con el sonido de la lluvia torrencial.

-¡Es absolutamente absurdo comportarte así por una mujer que nunca te correspondió!

-Ella estaba dispuesta a sacrificar su vida por otro hombre.

-¡Levántate de una vez! ¡Reacciona!

Finalmente, Valentín pareció despertar de su trance, alzando lentamente la cabeza. Clavó su mirada en Jazmín y habló con voz profundamente desgastada.

-Jaz, ¿viste los reportajes noticiosos? Algunas personas aseguranque han visto a

Esmeralda con vida.

Jazmín tensó su mandíbula con fuerza apenas contenida.

-Todo eso es una completa falsedad. Ambos presenciamos el cuerpo sin vida de Esmeralda, ¿no es verdad?

-Pero

-No existen los peros en esta situación. En este mundo no existe posibilidad alguna de resurrección, seguramente se trata de alguien con un extraordinario parecido físico.

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