Capítulo 171
Esmeralda desechó aquel pensamiento tan pronto como surgió, riéndose de su ingenuidad. ¿La familia Espinosa? Aquello sería tan inverosímil como ver el sol emergiendo por el poniente.
Un monje de la capilla advirtió a Esmeralda contemplando aquella lámpara durante largo tiempo y, creyendo que deseaba hacer una ofrenda, se aproximó con discreción.
-¿Desea encender una vela?
-No.
Esmeralda negó con un gesto mientras señalaba hacia la lámpara que portaba su nombre.
-Pertenece a alguien con quien compartí mi pasado. ¿Podría indicarme quién realizó esta ofrenda?
-Lamento no poder proporcionarle esa información.
Esmeralda respondió con una sonrisa forzada. Sin más opciones, juntó sus manos en un gesto de respeto, elevó una breve plegaria y se marchó. Quizás se trataba de buenas acciones sembradas en vidas anteriores que ahora florecían en su camino.
Valentín despertó al mediodía, emergiendo de la fiebre que lo había consumido durante la noche. Todo su cuerpo empapado en sudor. Presionó su sien palpitante mientras extendía la mano hacia la mesa de noche buscando ropa para dirigirse al baño, pero sus dedos encontraron la superficie vacía.
“Lo olvidé, Esmeralda ya no está aquí. Nadie prepara mi ropa para el día siguiente“. Una risa seca escapó de sus labios mientras se incorporaba para abrir el armario.
Las prendas estaban organizadas por Eugenia con esmero, pero carecían de aquella disposición que Esmeralda siempre lograba, combinando cada pieza según sus preferencias, listas para ser usadas sin esfuerzo. Soportando el dolor en sus sienes, Valentín tuvo que buscar en diferentes secciones del armario para extraer pantalones de un lado y camisas del
otro.
La ducha lo despejó parcialmente, permitiendo que los recuerdos de la noche anterior regresaran a su mente. “Definitivamente perdí la cordura“, pensó mientras tomaba su teléfono para contactar a su asistente.
-El sepulcro de mi esposa…
-No se preocupe, presidente Espinosa -interrumpió el asistente, anticipando su petición-. Ya he enviado personal para las reparaciones.
-Mm.
El asistente vaciló brevemente antes de continuar:
17:32 T
Capitulo
-Debo informarle de otro asunto. Su madre ha visitado la capilla esta mañana.
-No necesito reportes sobre sus desplazamientos.
-Pero… titubeó el asistente-. Al parecer pretende llevar un sacerdote para oficiar plegarías por el alma de su esposa.
-¿Plegarias?
-Asi es. Su madre afirma que el espíritu de su esposa ha sido avistado tras su fallecimiento y permanece intranquilo. Ha estado difundiendo esta información, siguiendo recomendaciones de redes sociales.
La furia se encendió en Valentín. ¿Acaso su madre no tenía suficientes conflictos que ahora generaba más complicaciones?
-Comprendo -respondió con los dientes apretados-. Envía a alguien para detenerla. Impide que realice semejantes tonterías y asegúrate de que no publique más cosas sin sentido en linea.
-Si, presidente Espinosa. Me ocuparé del asunto.
Tras colgar, la inquietud continuaba en su interior. Durante años, su madre jamás había mostrado afecto hacia Esmeralda, circunstancia que probablemente deterioró la relación
matrimonial.
Al salir de la habitación, Valentín encontró a Jazmín arreglando flores en la sala, provocando que su ceño se frunciera.
-¿Por qué te quedas aquí?
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