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La Falsa Muerte de la Esposa novel Chapter 177

Capítulo 177

Isaac fingió examinar los documentos durante unos minutos, mientras su mirada se desviaba disimuladamente hacia el perfil de Esmeralda que se reflejaba tenuemente en la pantalla del

celular.

-Guárdalos ya, he terminado de revisarlos.

-Por supuesto.

Después de devolver meticulosamente la carpeta a su ubicación original, el silencio entre ambos creció como un muro invisible. Esmeralda jugueteaba nerviosamente con un mechón de su cabello, evitando mirar directamente a la pantalla, mientras Isaac contemplaba cada uno de sus movimientos con fascinación apenas contenida.

¿Por qué no puedo simplemente hablar con naturalidad? Esto es absurdo, solo es una videollamada, pensó Esmeralda, sintiendo el peso de cada segundo que transcurría sin palabras.

Isaac, percibiendo la tensión, recordó súbitamente el as bajo su manga.

-Ah, casi lo olvido. Encontré unas revistas especializadas de farmacología en este viaje, ediciones que ya no circulan en el mercado desde hace años.

Los ojos de Esmeralda se encendieron con un brillo instantáneo de interés profesional, disipando toda incomodidad previa.

-¿En serio? ¿Cuáles exactamente?

Isaac, quien había investigado minuciosamente el tema con anticipación, recitó los títulos con precisión calculada, saboreando cada destello de asombro que aparecía en el rostro de Esmeralda.

-¡Imposible! -exclamó ella, genuinamente impresionada-. ¡Esas ediciones están agotadas desde hace más de una década! Ni siquiera mi mentor universitario logró conseguirlas después de años buscándolas.

-¿Te interesarían? Puedo adquirirlas para ti.

Esmeralda contuvo la respiración, dividida entre su deseo académico y la prudencia.

-¿Podrías comprarlas para ? Te reembolsaré cada centavo, no importa el costo.

Isaac observó con satisfacción apenas disimulada la reacción entusiasta que había provocado. El plan había funcionado a la perfección, exactamente como lo anticipó,

-No será necesario hablar de dinero. Te las entregaré personalmente cuando regrese.

-¡Te lo agradezco infinitamente!

Esmeralda estaba a punto de continuar cuando una voz masculina pronunció el nombre de Isaac al otro lado de la pantalla. El empresario giró ligeramente la cabeza, respondiendo con

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Capitulo 177

un gesto cortés antes de volver su atención a la llamada.

-Debo dejarte, hablamos pronto.

La videollamada se cortó abruptamente. Isaac levantó la mirada del teléfono y toda la calidez que había en sus ojos se desvaneció instantáneamente, como arena barrida por la marea. Observó con frialdad al joven rubio que se aproximaba con una sonrisa burlona tallada en el

rostro.

-Vaya, vaya, señor Santana, ¿ahora ejerce como asistente personal para damas?

-En lugar de espiar conversaciones ajenas, deberías invertir ese tiempo en mejorar tu español.

Joseph Brown se encogió de hombros con despreocupación y cambió fluidamente al inglés.

-Santana, ¿has notado cuánto has cambiado últimamente?

-¿A qué te refieres exactamente?

-Antes eras como un circuito integrado: eficiente, preciso, pero completamente carente de emociones. Solo existías para dirigir y producir resultados. Pero ahora

El estadounidense emitió un silbido largo y regresó torpemente al español.

-Como dirían en tu tierra natal: apestas a enamoramiento.

Isaac permaneció en silencio, fulminándolo con una mirada gélida antes de reconducir abruptamente la conversación hacia temas laborales.

Joseph y él mantenían una relación profesional desde hacía años, y conocían perfectamente la personalidad del otro. Cuanto más intentaba Isaac desviar la atención, más evidente resultaba para Joseph que había tocado un nervio sensible.

Tras deshacerse de su perspicaz socio, Isaac realizó una llamada urgente a Carmelo.

-¿Avanzaste con la negociación? ¿Conseguiste las revistas que solicité?

La expresión de Carmelo transmitía puro sufrimiento a través de la pantalla.

-Presidente Santana, son ejemplares considerados reliquias en el mundo académico. Los coleccionistas se niegan a venderlos independientemente de la suma ofrecida.

-¿Para qué te mantengo en nómina?

La mirada de Isaac podría haber congelado un volcán en erupción.

-Continúa elevando la oferta. El presupuesto es ilimitado para este asunto.

-Pero señor, ya ofrecí quinientos mil dólares por la colección completa

-Elévalo a un millón. Si eso no basta, ofrece dos.

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