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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 207

Capítulo 207

Alberto no despertó; estaba destinado a no poder responderle.

En ese momento, la pantalla del teléfono de Raquel se iluminó: estaba recibiendo una llamada.

Era Nahia.

Raquel presionó el botón para contestar y, de inmediato, la voz ansiosa de Nahia resonó al otro lado de la línea: -¿Raquelita? ¿Dónde estás? ¡Regresa a la residencia ahora mismo! ¡A Camila le pasó algo!

¿Qué?

¿Algo le pasó a Camila?

Raquel colgó de inmediato. Con sumo cuidado, se deslizó fuera del abrazo de Alberto, recogió la ropa esparcida sobre la alfombra y se la puso apresuradamente antes de salir a toda prisa.

Raquel se fue. Poco después, con un suave clic, la puerta de Villa Cielo Claro se abrió sigilosamente.

Alguien entró sin hacer ruido.

Esa persona era Nahia.

¡Nahia había llegado! Al posar su mirada en el sofá, vio a Alberto profundamente dormido y la ropa desordenada sobre la alfombra. Para cualquiera con ojos en la cara, era evidente lo que

había sucedido la noche anterior.

Alberto y Raquel habían estado juntos.

Nahia levantó la mano y desabrochó lentamente los botones de su blusa. Se quitó la ropa y se

deslizó junto a Alberto.

Desde esa cercanía, admiró con devoción el rostro apuesto y distinguido del hombre. Era la primera vez que lo veía desde tan cerca.

Alberto, el hombre más rico de Solarena. Era simplemente inalcanzable.

Nahia podía sentir los latidos frenéticos de su propio corazón.

Extendió la mano con la intención de apartar la manta que cubría a Alberto y acurrucarse en su

abrazo.

Pero, en ese instante, como si hubiese percibido algo, Alberto abrió lentamente los ojos. Había despertado.

Nahia no tuvo más remedio que hablar: -Presidente Alberto, ¿ya despertó?

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Alberto abrió los ojos y lo primero que vio fue un rostro desconocido junto a él. De inmediato, se incorporó y, con una mirada gélida y severa, preguntó: -¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? -Presidente Alberto, me llamo Nahia. Nos hemos visto antes. Soy compañera de Raquel.

Alberto la recordó. , era compañera de Raquel.

-Presidente Alberto, anoche el secretario Francisco me buscó y me pidió que viniera a Villa Cielo Claro para atenderlo. Así que anoche nosotros-Nahia se cubrió el cuerpo con las manos, con una expresión de timidez y vergüenza.

Alberto sintió un fuerte dolor de cabeza. No podía recordar con claridad lo sucedido la noche anterior.

Solo recordaba que, después de salir de la familia Pérez, había ido directamente al hospital en busca de Raquel. Raquel se negó.

Aferrándose a su última pizca de razón, él regresó a Villa Cielo Claro, pero después de eso, su memoria era un rompecabezas de fragmentos dispersos.

Sin embargo, recordaba que Raquel había estado con él.

La noche anterior, Raquel había estado bajo su cuerpo, compartiendo su pasión.

Pero ahora, al despertar, Raquel no estaba.

¿Acaso había dormido con la compañera de Raquel?

En ese momento, su mirada se posó en una pequeña mancha carmesí sobre el sofá. Era la prueba de la primera vez de una mujer.

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