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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 353

Capítulo 353

Alberto levantó la cabeza y vio a Raquel.

Raquel había llegado al hospital de la Tienda de las Hierbas Celestiales.

En ese momento, su brazo estaba firmemente sujetado; Ana lo había agarrado.

-¿Cómo es que Raquel ha venido aquí? Alberto, no quiero verla; me duele el corazón cada vez que la veo.

Alberto retiró la mirada de Raquel y soltó su brazo del agarre de Ana. -Entonces volvamos; iré

a buscar el carro.

Dicho esto, Alberto salió. Al regresar, Ana estuvo todo el tiempo aferrándose a Alberto, y él cumplía todas sus peticiones sin volver a contactar a Raquel, pero Ana claramente sentía que Alberto se había vuelto más frío con ella.

Ahora, parecía que Alberto Alberto ya no la amaba; solo quedaba la responsabilidad, solo quedaba la responsabilidad.

Ana apretó los puños.

Raquel llegó a Tienda de las Hierbas Celestiales y encontró a Luis.

Luis sonrió.Raquelita, has adelgazado; parece que después de dejar a tu abuelo y a tus hermanos de aprendizaje, has probado el amargo sabor del amor aquí.

Raquel lo miró de reojo; sabía que sus hermanos de aprendizaje se burlarían de ella. Luis siempre había sido mordaz con sus palabras.

-Si no hay nada más, me iré.

Luis inmediatamente la sujetó. —Esto es para ti.

Luis sacó un título de propiedad.

-¿Qué es esto?

-Tu identidad como prodigio ya ha sido expuesta, ¿sigues pensando en vivir en el dormitorio femenino? Esto es una casa que hemos preparado para ti.

Raquel pensó que tal vez era hora de mudarse, aunque Camila todavía estaba en el dormitorio femenino, y ella podría volver ocasionalmente.

Raquel aceptó el título de propiedad.

Capitolo 35

En ese momento, Luis también sacó unas llaves de carro. Este es el carro que hemos

comprado para ti.

Luis había llegado con una casa y un carro.

Raquel tomó las llaves del carro. -Gracias.

—-Raquelita, Alberto y ya están divorciados, ¿cuándo piensas regresar?

Esta vez Luis había venido para persuadir a Raquel de que dejara Solarena y regresara.

Raquel se quedó en silencio por un momento. -Todavía tengo asuntos sin terminar en Solarena; una vez que termine, podré regresar.

-¿Te refieres a la familia Pérez?

Raquel asintió. —Sí.

Luis asintió. Está bien, entonces estaré aquí en Solarena por un tiempo.

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