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El CEO se Entera de Mis Mentiras novel Chapter 461

Capítulo 461

Raquel se sentó tranquila frente al escritorio de extracciones, miró a Alberto y dijo, -jefe Alberto, no quiero hacerme la prueba de sangre.

Alberto la miró, -no es necesario que te extraigan sangre, solo dime la verdad ahora, ¿estás embarazada o no? Raquel, no me gusta que la gente me mienta, especialmente en este tema tan delicado del embarazo.

Raquel levantó la mirada hacia él, -No estoy embarazada.

Alberto respondió, -Pues bien, entonces hagamos la extracción de sangre y comprobémoslo.

Raquel dijo, jefe Alberto, te he dicho la verdad y aún así no me crees, ¿qué es lo que en serio quieres escuchar, quieres escuchar que estoy embarazada?

Alberto ya no miró a Raquel, se volteó hacia la enfermera, -proceda con la extracción de

sangre.

La joven enfermera nunca había visto a un hombre tan guapo como Alberto, se sonrojó un poco, señor, ayúdele a su esposa a levantar la ropa.

¿Esposa?

Raquel hizo cara de pocos amigos, estás equivocada, no soy su esposa.

La enfermera preguntó, entonces si no es su esposa, ¿por qué estaría embarazada?

Raquel guardó silencio; la verdad no tenía respuesta a ese interrogante.

En ese momento, Alberto extendió su largo dedo para ayudarle a levantar la manga, y la enfermera dijo, -voy a comenzar con la extracción de sangre ahora.

Raquel desvió la mirada para no ver.

Alberto la observaba atento con sus profundos ojos, -¿Tienes miedo de la extracción de sangre?

Raquel no respondió.

Alberto bromeó, -¿No eres médica? Y aún así, ¿tienes miedo de que te extraigan tu propia sangre?

¿Qué lógica tan maluca era esa?

Raquel prefirió mejor ignorarlo.

De pronto, la gran mano de Alberto se extendió, sujetó la nuca de Raquel con suavidad y presionó su pequeño rostro contra su pecho.

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Desde arriba, su voz baja y magnética le dijo, -Cierra los ojos, no mires. Raquel quiso moverse, pero Alberto intensificó su tono, -no te muevas.

Raquel no tuvo más remedio que quedarse en ese instante quieta, con su rostro presionado contra su pecho, el aroma limpio y masculino de él invadiendo sus sentidos, imposible de evitar.

Después de la extracción, Raquel se sentó en un banco del corredor esperando, con Alberto, alto y de largas piernas, de pie frente a ella.

Raquel levantó enseguida la vista hacia él, —jefe Alberto, esta noche todo esto no era innecesario, porque no estoy embarazada.

Alberto dijo, -Quiero ver los resultados del examen.

Enseguida, Zarn llegó corriendo con los resultados del test de embarazo en la mano, -jefe Alberto, los resultados del test de embarazo de la señorita Raquel están listos.

Alberto tomó ansioso los resultados del test de embarazo, y Zarn dijo con firmeza, —jefe Alberto, ella no está embarazada.

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